Zoila Leiva, mujer estadounidense de 42 años que decidió no abortar y dar a luz a sus mellizos habiéndose sometido a quimioterapia por el cáncer de mama que padecía, manifestó su deseo de que "las mujeres sepan que hay esperanza y que pueden salvar sus vidas y también las de sus bebés".
"El cáncer no tiene que ser una sentencia de muerte", subrayó.
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Los médicos le diagnosticaron a Leiva cáncer de mama en diciembre de 2007, cuando tenía cuatro meses y medio de embarazo, y le recomendaron someterse a un aborto para tratar su enfermedad. Ella rechazó el procedimiento.
Leiva contó su caso al diario británico Daily Mail tras ver la noticia de un estudio médico publicado en la revista científica The Lancet que mostraba que las mujeres embarazadas con cáncer de mama pueden ser tratadas con seguridad, sin necesidad de retrasar el tratamiento hasta dar a luz.
Según reportó el Daily Mail el 10 de febrero, un equipo de especialistas del Instituto de Cáncer Leuven de Bélgica descubrió que la quimioterapia puede ser administrada con seguridad dentro del segundo y el tercer trimestre de embarazo, sin afectar al bebé por nacer.
La investigación dio a conocer también que, en general, la cirugía como parte del tratamiento es segura dentro de cualquiera de los tres trimestres.
En su comunicación con el diario británico, la madre dijo que "mi oncólogo recomendó un aborto inmediatamente, ya que mi cáncer estaba avanzado y que se había extendido a los ganglios linfáticos".
"Me dijeron que no había forma de saber si se había extendido en otros órganos mientras estuviera embarazada, porque no podía realizarme ninguno de los análisis necesarios", explicó
De acuerdo al testimonio de Leiva, los médicos "querían que tuviera un aborto en dos semanas, pero luego de escuchar sobre el procedimiento quedé horrorizada. Podía sentir a mis bebés moviéndose y pensé ‘moriré de la depresión si los mato ahora’, así que nunca volví a ese consultorio médico".
Ayudada por la organización Hope For Two, que brinda ayuda a mujeres embarazadas que padecen cáncer, Zoila Leiva se puso en contacto con médicos estadounidenses que le ayudaron a tratar la enfermedad de forma exitosa.
Tras cuatro rondas de quimioterapia durante 12 semanas, para el momento de dar a luz, los médicos descubrieron que el tumor en su pecho se había reducido a casi nada.
A pesar de su temor de que sus bebés nacieran con un peso menor a un kilo, se dio con la feliz sorpresa de que pesaban cerca de un kilo y medio cada uno.
"Eran niños fuertes y saludables. Ahora tienen cuatro años y son unos pequeños terremotos, están llenos de energía".
En el informe remitido por los especialistas a The Lancet, se recomendaba que las mujeres y sus parejas sean informadas acerca de este posible tratamiento, y que abortar, de acuerdo al estudio, no mejora el resultado en la salud de la madre.