La Santa Sede dio a conocer hoy el mensaje del Papa Benedicto XVI para la próxima Jornada Misionera Mundial que se celebrará el 21 de octubre bajo el tema "Llamados a hacer resplandecer la Palabra de la verdad".
Este año, la celebración coincide con el 50 aniversario del Decreto conciliar "Ad gentes" sobre la actividad misionera de la Iglesia y el mensaje aborda cuatro elementos principales: La prioridad de evangelizar, la eclesiología misionera, la fe y su anuncio, y la caridad en el anunciar.
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La prioridad de evangelizar
El Santo Padre resaltó que hay que dar prioridad a la evangelización y subrayó que "todos los componentes del gran mosaico de la Iglesia deben sentirse fuertemente llamados al mandato del Señor de predicar el Evangelio, para que Cristo sea anunciado en todas partes".
Todos los católicos "debemos ponernos tras las huellas del Apóstol Pablo, el cual ‘prisionero de Cristo para los paganos’, trabajó, sufrió y luchó para llevar el evangelio entre los paganos, sin ahorrar energías, tiempo y medios en hacer conocer el Mensaje de Cristo".
"Como San Pablo, debemos ocuparnos de los alejados, aquellos que no conocen todavía a Cristo y no han experimentado la paternidad de Dios, en el conocimiento de que la ‘cooperación misionera debe alcanzar hoy día nuevas formas, incluyendo no solo la ayuda económica, sino también la participación directa de la evangelización".
Además, la Jornada Misionera Mundial coincide con la apertura del Año de la fe y el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización, lo cual "será una ocasión perfecta para relanzar la cooperación misionera, sobretodo en esta segunda dimensión".
Eclesiología misionera
El Santo Padre animó también a reavivar la eclesiología de la misión y llegar a todos aquellos hombres que todavía no conocen la existencia de Dios. "Es el deber que le incumbe a la Iglesia por mandato de Jesús para que los hombres puedan creer y ser salvados", y este mensaje "es necesario. Es único. Es insustituible", afirmó.
"Tenemos la necesidad por tanto de tomar el mismo impulso apostólico de las primeras comunidades cristianas, que pequeñas e indefensas, fueron capaces –con el anuncio y el testimonio-, de difundir el Evangelio en todo el mundo que entonces se conocía", recordó.
Fe y anuncio
El anuncio de la fe es otro tema central en el trabajo de la misión, "es necesario renovar el entusiasmo de comunicar la fe para promover una nueva evangelización de la comunidad y de los pueblos de antigua tradición cristiana, los cuales están perdiendo la referencia de Dios, en el campo de descubrir la alegría del creer", exhortó.
"La fe es un don que se nos ha dado para que sea compartido, es un talento recibido para que traiga un fruto, es una luz que no debe permanecer escondida, sino que debe iluminar toda la casa".
La fe, "es el don más importante que se nos ha dado en nuestra existencia y que no podemos guardar para nosotros".
El anuncio se hace caridad
El Santo Padre invitó a hacer resonar con fuerza el Evangelio por todos los continentes y comunicó la necesidad urgente de nuevos misioneros en el seno de la Iglesia, recordó que ser misionero "es una expresión de profunda comunión, de compartir y de caridad entre las Iglesias, para que cada hombre pueda escuchar el anuncio que sana y acercarse a los sacramentos, fuente de la verdadera vida".
Finalmente, dio las gracias a todos los misioneros, porque son ellos quienes llevan la justicia a los más pobres, asistencia médica a los abandonados, rehabilitación a los marginados, apoyo y desarrollo a los pueblos necesitados, y respeto a la vida en cada una de sus fases.