El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, señaló que el sentido de desear "feliz año nuevo" es legítimo cuando está sostenido por la esperanza fundamental, que es la esperanza puesta en Dios.
Mons. Aguer hizo esta reflexión en su último programa televisivo de 2011 "Claves para un mundo mejor", donde explicó que todos los deseos de felicidad expresados por el nuevo año son mayores y con más esperanza si tienen como centro a Dios.
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"Por esta esperanza más alta aspiramos a alcanzar la felicidad definitiva en la vida eterna, en la comunión con Dios. Nos ayuda a superar las dificultades y vivir como hijos de Dios, respetando a todos y procurando su bien (…) Sostiene nuestro legítimo deseo de felicidad. Fundados en ella podemos desear: Feliz Año Nuevo para todos", subrayó.
Asimismo, destacó que "el 1° de enero es el inicio del año civil" y dijo que esto recuerda que el cristiano cuenta los días y los años desde el nacimiento de Cristo.
Recordó también que el 1 de enero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz, proyectando "sobre las realidades la luz que procede del nacimiento de Jesús, del misterio de la encarnación, que significó un cambio fundamental en la historia de la humanidad".
Por eso, explicó, "la Iglesia quiere promover en los hombres el pensamiento de la paz, presentándola como un don de Dios y como una tarea nuestra".
Además, señaló que el primer día del año confluyen varias celebraciones, como el día octavo de la Navidad, esta fiesta celebra "el misterio central de nuestra fe, la encarnación y el nacimiento del Señor".
Finalmente, el prelado afirmó que cada inicio de año "se celebra a la Virgen en su título de Madre de Dios, porque dio a luz virginalmente al Hijo eterno de Dios, lo hizo no sólo cumpliendo una función biológica, porque antes entregó su corazón en la fe. Los Padres de la Iglesia dicen que María concibió antes en su espíritu que en su vientre".