Durante la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro con ocasión de la Solemnidad de María Madre de Dios, el Papa Benedicto XVI señaló que la Iglesia, al igual que María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo que es el mismo Jesús, centro de la auténtica paz.
Al recordar los pasajes bíblicos sobre la bendición del nacimiento de Jesús, el Papa afirmó que "María, la virgen, esposa de José, que Dios ha elegido desde el primer instante de su existencia para ser la madre de su Hijo hecho hombre, ha sido la primera en ser colmada de esta bendición"
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El Santo Padre afirmó que el Evangelio de Lucas (Lc 2,19.51) presenta a María como la mujer completamente dedicada a conservar y meditar en su corazón todo lo que se refiere a su hijo Jesús.
"El misterio de su maternidad divina, que celebramos hoy, contiene de manera sobreabundante aquel don de gracia que toda maternidad humana lleva consigo, de modo que la fecundidad del vientre se ha asociado siempre a la bendición de Dios. La Madre de Dios es la primera bendecida y es ella quien lleva la bendición; es la mujer que ha acogido en ella a Jesús y lo ha dado a luz para toda la familia humana", dijo Benedicto XVI.
El Santo Padre recordó que María es Madre y Modelo de la Iglesia que acoge en la fe la Palabra divina, y se ofrece a Dios como "tierra fecunda" en la que Él puede seguir cumpliendo su misterio de salvación.
Al referirse a la conmemoración de la 45° Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero, el Papa señaló que "la paz, en su sentido más pleno y alto, es la suma y la síntesis de todas las bendiciones (…) También la Iglesia, en el primer día del año, invoca de modo especial este bien supremo, y como la Virgen María, lo hace mostrando a todos a Jesús".
Luego de saludar a los cardenales, obispos, sacerdotes y Cuerpo Diplomático presentes, el Papa recordó que "educar a los jóvenes en la justicia y la paz es la tarea que atañe a cada generación y, gracias a Dios, la familia humana, después de las tragedias de las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado tener cada vez más consciente de ello, como lo demuestra, por una parte declaraciones e iniciativas internaciones y, por otra, la consolidación en los últimos decenios entre los mismos jóvenes de muchas y diferentes formas de compromiso social en este campo".
Al referirse a las sombras que oscurecen esta educación de los jóvenes, como la cultura relativista, el Papa dijo que asumir esta responsabilidad "en el conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales, significa mirar al futuro con esperanza. En este compromiso por una educación integral, entra también la formación para la justicia y la paz".
Benedicto XVI concluyó diciendo que "en estos días la Iglesia celebra el gran misterio de la encarnación: la verdad de Dios ha brotado de la tierra y la justicia mira desde el cielo, la tierra ha dado su fruto (Sal 85,12.13). Dios nos ha hablado en su Hijo Jesús. Escuchemos lo que nos dice Dios: Él anuncia la paz (Sal 85,9). La Virgen María hoy nos lo indica, nos muestra el camino: ¡Sigámosla! Y tú, Madre Santa de Dios, acompáñanos con tu protección. Amén".