El Papa Benedicto XVI recibió a una delegación de obispos de Ucrania –el país que este año donó el árbol de Navidad-, y afirmó que el abeto es un símbolo significativo de la natividad de Cristo "porque con sus ramas siempre verdes recuerda el perdurar de la vida".
Benedicto XVI dijo a los obispos ucranianos que el árbol de Navidad "es también signo de la religiosidad popular de vuestra tierra y de las raíces cristianas de vuestra cultura. Espero que esas raíces consoliden todavía más vuestra unidad nacional, favoreciendo la promoción de valores auténticos y compartidos".
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Añadió que con el Nacimiento son "elementos de ese clima característico de Navidad que pertenece al patrimonio espiritual de nuestras comunidades; una atmósfera teñida de religiosidad e intimidad familiar que debemos conservar también en la sociedad actual, en que, a veces, predomina el consumismo y la búsqueda de bienes materiales".
"La Navidad es una fiesta cristiana y sus símbolos constituyen referencias importantes al gran misterio de la encarnación y el nacimiento de Jesús que la liturgia recuerda constantemente. El Creador del universo, haciéndose niño, vino entre nosotros para compartir nuestro camino; se hizo pequeño para entrar en el corazón del ser humano y renovarlo con su amor. Preparémonos a acogerlo con fe", expresó.
Benedicto XVI recordó que en el transcurso de los siglos, Ucrania "ha sido un cruce de caminos de culturas diversas y un punto de encuentro entre las riquezas espirituales de Oriente y Occidente. ¡Que en la tenaz adhesión a los valores de la fe siga respondiendo a esta peculiar vocación!".