El Papa Benedicto XVI exhortó a los responsables de las finanzas italianas a transformar la economía siendo fieles al Evangelio y viviendo en relación íntima con Dios.
Al recibir en audiencia a las Delegaciones de la Confederación de las Cooperativas Italianas y de la Federación Italiana de las Bancas Cooperativas, Benedicto XVI recordó que "la economía y el mercado no deben ir nunca separadas de la solidaridad".
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El Santo Padre resaltó que aquello que caracteriza a las cooperativas católicas es "la inspiración cristiana, que debe constantemente orientarles", y recordó que su papel es promover la cultura de la vida y de la familia, favorecer la creación de trabajos respetuosos con el Evangelio, y valorar al hombre por encima de su lengua, raza o religión.
Benedicto XVI animó a los expertos a permanecer fieles al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia, ya que es parte de su identidad.
"Tened presentes y favoreced las distintas iniciativas de experimentación que llaman a los contenidos del Magisterio social de la Iglesia, como en los casos de consorcios sociales de desarrollo, de experiencias de microcrédito y de una economía animada por la lógica de la comunión y la fraternidad", animó.
"Para el cristiano entonces, amar al otro no es simplemente filantropía, sino expresión del amor de Dios y debe fundarse sobre el verdadero amor a Dios. Solo así podrá hacer experimentar a quien encuentra en la ternura providente del Padre celestial y llevar un rayo de esperanza también en las situaciones de oscuridad", explicó Benedicto XVI.
Recordó, que especialmente en el mundo de la economía y del trabajo, es necesario llevar el amor y la solidaridad a los demás a través "de una relación intensa con Dios, una escucha constante de su Palabra, una existencia nutrida de la Eucaristía".
"No olvidéis la importancia de hacer crecer esta dimensión espiritual en vuestro compromiso de respuesta a los diarios desafíos y urgencias sociales, para continuar trabajando en la lógica de la economía de la gratuidad, para promover un consumo responsable y sobrio", exhortó.
Benedicto XVI invitó a las organizaciones a dejarse aconsejar por los sacerdotes y favorecer así una economía real que tenga como motor el auténtico desarrollo de la personas humana, favoreciendo el equilibrio entre los derechos individuales y la promoción del bien común.
"En una época de grandes cambios, de persistente precariedad económica, de dificultad en el mundo del trabajo, la Iglesia siente el deber de anunciar con nuevo vigor el Mensaje de Cristo, con la fuerza de humanización y la carga de esperanza para el futuro que contiene".
"Vosotros queridos amigos, debéis ser conscientes que las cooperaciones católicas tienen un papel importante que desarrollar en este campo", "os deseo proseguir con serenidad y éxito vuestro compromiso social", concluyó.