El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Mons. José Antonio Eguren, advirtió que la ley de feminicidio, aprobada recientemente, debilita en realidad la figura de la familia y termina favoreciendo a la ideología de género.
Esta ley fue aprobada el 1 de diciembre. Fue presentada por la entonces ministra de la Mujer, Aída García Naranjo, como medio para combatir la violencia contra la mujer. La exfuncionaria es conocida por sus posturas pro-aborto y a favor de la ideología de género.
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"Lamentablemente la Ley del Feminicidio debilita y redefine la figura de la familia como célula primera y vital de la sociedad, al incluirse el término ‘Feminicidio’ al artículo 107 del Código Penal, debilitando así la figura de ‘Parricidio’", advirtió Mons. Eguren.
El Arzobispo explicó que "el ‘Parricidio’ es un concepto jurídico que sanciona el asesinato cuando éste se produce en la afectación de un miembro de la familia (padres, hermanos, hijos), buscando así la protección de sus miembros. Para cualquier otra forma de asesinato esta la figura de homicidio".
"En la Ley del Feminicidio se perpetra un contrabando ideológico, porque no sólo incluye los vínculos familiares (padres, hermanos, hijos), sino tal como ha sido aprobada incluye también cualquier otra análoga relación de afectividad".
"De esta manera se pretende afirmar que la familia puede estar conformada por cualquier vínculo afectivo y no como naturalmente es la del amor mutuo entre el hombre y la mujer. Se sienta así un peligroso precedente legal para redefinir el concepto de familia en base a la ideología de género", señaló el Prelado en un comunicado del 10 de diciembre.
Mons. Eguren afirmó que "la Iglesia rechaza todo tipo de violencia y por ello también la violencia familiar y la ejercida contra la mujer. Con su acción pastoral contribuye a que ella desaparezca y a que nuestras familias sean lo que están llamadas a ser: cenáculos de amor".
"Reiteramos el continuo llamado a las autoridades para que con sus políticas públicas defiendan y promuevan a la familia y al matrimonio, entendido éste como un consorcio de amor entre un varón y una mujer abierto a la vida. Por ello, el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman un hogar deben ser decididamente apoyados por el Estado".
El Arzobispo afirmó que "nada contribuirá más decididamente al desarrollo integral de Piura, Tumbes y del Perú, que la atención, protección y ayuda a la familia, y al matrimonio del cual ésta surge, porque de la familia brota el oxigeno puro de los valores verdaderos".