En su saludo a los niños esta mañana en la parroquia de Santa María de las Gracias en Roma, el Papa Benedicto XVI pidió a los pequeños preparar la Navidad no solo con los regalos, sino también y sobre todo con el corazón.
En el patio de esta iglesia, en medio de cantos y aplausos de los pequeños que lo esperaban, el Santo Padre dijo que "sabemos que la Navidad está cerca: preparémonos no sólo con los regalos, sino con nuestro corazón. Pensemos que Cristo, el Señor, está cerca de nosotros, entra en nuestra vida y nos da luz y alegría".
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En medio de un gran ambiente de fiesta con los niños de la parroquia, el Papa recordó que en la Carta a los Tesalonicenses el Apóstol San Pablo alienta a rezar siempre. "Naturalmente –dijo Benedicto XVI– no quiere decir que tenemos que decir siempre palabras de oración, significa que no tenemos que perder el contacto con Dios en nuestro corazón. Si este contacto está, hay alegría".
Según informa Radio Vaticano, el Papa se despidió de los pequeños deseando a todos "la alegría de la Navidad y toda la alegría de la presencia de Jesucristo Niño que es Dios en nuestro corazón. Felicidades! Feliz domingo y Feliz Navidad ahora!"
El Santo Padre presidió luego la Misa en el tercer domingo de Adviento, el llamado domingo Gaudete o de la alegría porque Dios está cerca. En ella resaltó la importancia de "fortalecer la fe ante los peligros e insidias, que pueden amenazarla en estos tiempos".
Tras alentar a "superar los límites del individualismo, de la cerrazón, de la fascinación del relativismo, así como la atracción que ejercen formas de sentimiento religioso, que explotan las necesidades y los anhelos más profundos del alma humana, proponiendo perspectivas de fáciles pero ilusorias satisfacciones", el Papa resaltó la alegría y la belleza del testimonio del amor de Cristo para hacer frente a estos desafíos.
"Han visto llegar a muchas personas en dificultad y en situaciones de malestar, que necesitan su ayuda material, pero también y sobre todo vuestra fe y vuestro testimonio como creyentes. Hagan de forma que el rostro de esta comunidad pueda expresar siempre concretamente el amor de Dios rico de misericordia, invitando a todos a acercarse a Él con confianza", exhortó.
Dirigiendo luego "una palabra de cariño y de amistad" en especial a los jóvenes, Benedicto XVI aseguró que los alienta a seguir su camino y les recordó que la Iglesia Católica cuenta con ellos.
"El hoy y el mañana de la historia y el futuro de la fe están encomendados, en particular, a las nuevas generaciones. La Iglesia cuenta mucho con su entusiasmo, con la capacidad de los jóvenes de mirar hacia adelante, de estar animados por ideales y con su anhelo de radicalidad en las opciones de la vida", aseguró.