El Papa Benedicto XVI dirigió un mensaje a la 16° sesión pública de las academias pontificias que trató el tema "Testimonios y testigos. Los martyria y los campeones de la fe", donde llamó a los fieles a ser "peregrinos de la verdad y de la paz" y así ser testigos que den "credibilidad de la fe".
"La Iglesia, si quiere hablar al mundo con eficacia, si quiere seguir anunciando fielmente el Evangelio y hacer sentir su presencia amistosa a los hombres y mujeres que viven sintiéndose ‘peregrinos de la verdad y de la paz’, tiene que ser –incluso en los contextos aparentemente más difíciles o indiferentes al anuncio evangélico- testigo de la credibilidad de la fe", afirmó en el mensaje leído por el Secretario de Estado, Cardenal Tarcicio Bertone.
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"Es decir, tiene que ofrecer testimonios concretos y proféticos mediante signos eficaces y transparentes de coherencia, de fidelidad y de amor apasionado e incondicional a Cristo, inseparable de la caridad y del amor por el prójimo", añadió el Papa.
En su mensaje, el Papa aprovechó para señalar la necesidad de reflexionar sobre la historicidad del cristianismo y su relación con la historia humana, a la que transforma "en profundidad gracias a la levadura del Evangelio y de la santidad vivida y testimoniada".
Dijo que para esto reviste un interés especial la vida de las antiguas comunidades cristianas y los lugares arqueológicos que guardan signos de su presencia, como Tierra Santa, un "ámbito por excelencia donde buscar signos históricos de la presencia de Cristo y de la primera comunidad de sus discípulos".
Roma y las catacumbas, afirmó, "atestiguan que la comunidad cristiana, desde los orígenes, exaltaba la figura de los campeones de la fe, como modelo y punto de referencia para los bautizados".
"Los numerosos monumentos y obras de arte dedicadas a los mártires, documentados de la investigación arqueológica y de otras investigaciones, son el resultado de una convicción siempre presente en la comunidad cristiana de ayer como en la de hoy: el Evangelio habla al corazón del ser humano y se comunica sobre todo a través del testimonio vivo de los creyentes".
"Si observamos con atención el ejemplo de los mártires, de los valientes testigos de la antigüedad cristiana, como de los numerosos testigos de nuestra época, nos damos cuenta de que son personas profundamente libres, libres de compromisos y de lazos egoístas, conscientes de la importancia y la belleza de su vida y, precisamente por eso, capaces de amar a Dios y a los hermanos de forma heroica, trazando la medida alta de la santidad cristiana".
Benedicto XVI afirmó que "hoy como ayer la sangre de los mártires, su testimonio tangible y elocuente, toca el corazón del ser humano y lo vuelve fecundo, capaz de que brote de él una vida nueva, de acoger la vida del Resucitado para llevar resurrección y esperanza al mundo".
El mensaje fue enviado al Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Cardenal Gianfranco Ravasi, también presidente del consejo de coordinación entre las academias.