El Embajador de México ante la Santa Sede, Héctor Federico Ling Altamirano, espera que el Papa Benedicto XVI confirme su esperada visita a México durante la Misa que presidirá el 12 diciembre en la Basílica de San Pedro con ocasión de la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe y por el bicentenario de la independencia de varios países latinoamericanos.
El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, anunció a principios del mes de noviembre la posibilidad de una visita del Santo Padre a Cuba y México para la próxima primavera del hemisferio norte, pero aún no se ha confirmado el viaje.
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En una entrevista concedida a ACI Prensa, el embajador Ling Altamirano pidió "estar atentos" este 12 de diciembre y anticipó que puede "haber haber gozo universal en este mundo latinoamericano, si es que se da el anuncio".
El diplomático afirmó que esta visita a México "significaría un triunfo espectacular del amor principalmente, y un triunfo de la voluntad de hacer las cosas de manera inteligente y racional".
El embajador se pronunció sobre los rumores de que el Papa no visitaría el Distrito Federal porque la altura de la capital mexicana podría afectar su salud tratándose de una persona de 84 años de edad.
El embajador lamentó que los cardiólogos y médicos del Papa recomienden "que no vaya a la ciudad del México por la altura" pero consideró "que se pueden buscar alternativas, lugares más bajos".
"Esta vez, creo que el Señor iluminará al Papa para que –si salud se lo permite– visite México", y "creo que si esto lo anuncia el 12 de diciembre, los corazones van a estar plenos".
El embajador también destacó a ACI Prensa la influencia de los católicos en estos 500 años de cristianismo en México que "ha dejado una profunda impronta en la sociedad mexicana acerca de respetar los valores, en cualquier circunstancia y en cualquier ámbito, y esto vale para la vida social, familiar, economía, y política".
Además, consideró que con una visita del Papa, los corazones de los mexicanos y de todos los latinoamericanos se verían reconfortados.
En México "hay una violencia salvaje, todo el mundo mata a quien sea o puedes ser muerto en cualquier esquina, entonces, la expresión es ‘estamos dejados de la manos de Dios’, es la que se oye, y si no se dice se piensa, se siente y la gente está deprimida", lamentó.
Así que, una visita así, "sería el Sursum corda que necesitan los pueblos de vez en cuando, ¡Arriba los corazones!", agregó.
El diplomático resaltó que el resto de embajadores latinoamericanos ante la Santa Sede comparten su alegría por la posible visita del Santo Padre. Se sienten hijos de Nuestra Señora de Guadalupe, para ellos, la visita del Papa a México es "como si hubiese estado en Perú, en Chile, Argentina, Colombia, Bolivia, o cualquier otro lugar".
Agregó que la Virgen de Guadalupe no es solo mexicana, "es la emperatriz de América, y para nosotros eso significa muchísimo".
"Desde México hasta Argentina y Chile, habrá católicos de Latinoamérica, verdaderamente ilusionados por que por fin, los ojos de sus Santidad, se posen en Latinoamérica, con cariño, como un padre que es para ellos, y para nosotros".