En su saludo en alemán a los peregrinos que participaron del ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI destacó el ejemplo del sacerdote Carl Lampert, decapitado por los nazis en 1944, y que este domingo es beatificado en Austria.
El Santo Padre señaló que "en el tiempo oscuro del nacionalsocialismo, (el P. Lampert) ha visto con claridad el significado de la palabra de San Pablo: ‘nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas’".
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"En ocasión de un interrogatorio que habría podido dejarlo libre, testimonió con convicción: ‘yo amo a mi Iglesia. Permanezco fiel a mi Iglesia y también al sacerdocio. Yo estoy de parte de Cristo y amo a su Iglesia’".
Finalmente el Papa confió a todos "a la intercesión del nuevo Beato para que podamos participar con él en la alegría del Señor".
El P. Carl Lampert, recuerda Radio Vaticano, era un sacerdote diocesano que se desempeñaba como pro vicario de la Administración Apostólica de Innsbruck Feldkirch en Austria.
A partir de 1939, con la persecución de la Administración regional nazi contra la Iglesia, el sacerdote es arrestado tres veces y encarcelado hasta que fue enviado al campo de concentración de Dachau.
Por "presunta actividad contra el Estado" era espiado. Sus llamadas telefónicas y correspondencia era puntualmente interceptada. El 4 de febrero de 1943 fue arrestado junto con otras 40 personas bajo acusación de "favorecimiento hostil", "difusión de informaciones militares" y "escucha de transmisiones enemigas".
Los dos procesos a los que fue sometido concluyeron con la condena a muerte por espionaje. El sacerdote austriaco Carl Lampert fue decapitado con otros dos sacerdotes, Herbert Simoleit y Friedrich Lorenz, el 13 de noviembre de 1944.
El P. Carl Lampert murió pronunciando los nombres de Jesús y de María.