El Arzobispo de Lima (Perú), Cardenal Juan Luis Cipriani, pidió a los peruanos buscar la verdad y seguir su camino para encontrar la paz social, e indicó que la Iglesia no tiene una fórmula para arreglar todo, sino que muestra al hombre el mensaje de Dios, que siempre está presente y sigue actuando.
"La verdad es algo que brilla, que ayuda, que serena el espíritu, que une al país, que genera crecimiento, que mejora la paz social; entonces no hagamos más arreglos y vayamos siempre por el camino de la verdad", afirmó durante el programa radial Diálogo de Fe del 5 de noviembre.
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En ese sentido, dijo que "un ministro, un militar o un Presidente de la República es una persona que tiene un pensamiento, unas ideas, un corazón; que si están cercanos a la verdad y a Dios, entonces de ahí brotarán buenas respuestas con respecto a la salud, a la economía, a la educación".
El Cardenal también habló sobre la importancia de vivir en sintonía con el mensaje de Dios. Indicó que la persona "que vive con serenidad, procurando hacer el bien, acordándose de los demás, teniendo a Dios presente, morirá igual; pero el que vive de un sitio a otro, que no tiene tiempo, que vive odiando o haciendo daño, en el momento en que se encienda esa luz que diga que llegó el momento de hacer el examen final, tendrá un gran susto".
El Arzobispo exhortó a no temerle a la muerte y a recordar a los seres queridos que pasaron a la eternidad y cuya fuerza sigue presente a través de su recuerdo.
"Ayuda mucho en la vida diaria la presencia de esos seres queridos ejemplares que nos antecedieron. Uno se contacta con ellos a través de las huellas que nos dejaron por escrito, en el recuerdo o en la imagen. No es espiritismo, es una relación con ellos, es la fe; es esa comunión de los santos la que hace la vida muy agradable", afirmó.
En otro momento, el Cardenal Cipriani se reunió con más de mil jóvenes de la Arquidiócesis de Lima, con los que compartió reflexiones sobre su vida y los invitó a estar atentos al llamado del Señor, y a conocer el tesoro que cada uno tiene en el alma y a cultivarlo en sus vidas.
"Ese amor de Dios que tiene el misterio de cada uno de nosotros es extraordinario. Uno tiene que valorar y apreciar lo que tenemos en el alma. Todos tenemos dentro esa suma de alegrías, dificultades, amistades, tristezas. ¡Esa es la vida y es bonita!", afirmó.