En una entrevista publicada el 6 de noviembre en el semanario Desde la Fe, el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, explicó detalladamente la postura de la Iglesia ante el crimen del aborto, que consiste en la eliminación de un ser humano inocente y cuyos autores y quienes lucran con él deben ser castigados.
El Cardenal explicó que cuando se habla del crimen del aborto "la Iglesia distingue entre la malicia intrínseca del aborto, lo cual quiere decir que el aborto voluntario y directo es siempre gravemente injusto independientemente de las circunstancias y justificaciones que se quieran aducir, y la responsabilidad subjetiva de quien aborta o participa en la realización de un aborto".
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Al ser preguntado sobre si la Iglesia condena a la mujer que aborta, el Purpurado dijo que para ellas, la Iglesia "tiene un mensaje de reconciliación y de misericordia".
"La Iglesia, como madre buena que es, sabe que el aborto lastima gravemente, en primer lugar, a la mujer que lo practica. Por esto le ofrece el bálsamo para curar las heridas que el aborto ocasiona. Ante todo el perdón de Dios" a través de la confesión.
"Pero también un acompañamiento para que ella misma logre perdonarse a sí misma y pueda superar los síntomas bien conocidos del trauma del aborto, lo que algunos llaman el síndrome post-aborto y que quienes lo promueven se esfuerzan en silenciar", añadió.
El Arzobispo recordó luego que cuando el aborto es "libremente querido y con conciencia plena de lo que significa, si el aborto se realiza y se sabe que está penado con la excomunión, la mujer que aborta y las personas que cooperan para que el aborto se lleve a cabo, quedan excomulgadas automáticamente, es decir, sin necesidad de que la autoridad eclesiástica emita un decreto".
Seguidamente dijo la Iglesia no sugiera que se encarcele a una mujer que aborta, sino que espera que "las leyes que reflejan y promueven el ethos social desalienten su práctica insistiendo que se trata de una acción gravemente injusta".
El Cardenal denunció luego las presiones del lobby feminista que quieren convertir el aborto es "un derecho humano, entre los derechos de la autonomía de la mujer", así como a las manipulaciones de sus promotores que arguyen que esta práctica disminuiría la mortalidad materna cuando la realidad demuestra lo contrario.
"El efectivo reconocimiento del derecho a la vida –explicó– debe ser el primer derecho que debe estar garantizado en el ordenamiento civil de una sociedad justa. En consecuencia el aborto, como cualquier otro homicidio debe estar claramente identificado como un delito que altera el bien común social, con sus respectivas sanciones".
El Arzobispo Primado se refirió luego a que no solo quienes realizan abortos de manera quirúrgica son cuestionables, sino también aquellos que lucran con la píldora abortiva del día siguiente o fármacos como las pastilla RU-486.
"En cualquier caso creemos que de manera general quien favorece la comisión de un delito tiene una responsabilidad por la que debe ser sancionado de alguna manera. Y quien lucra con el aborto debe ser castigado", precisó.
El Cardenal Rivera también explicó la gran labor de ayuda que siempre realiza la Iglesia Católica para ayudar a las madres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
"Hay quienes ofrecen incluso hospedaje y atención médica durante el embarazo, quienes apoyan con la ayuda de expertos como psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales", indicó.
"Quienes dan asesoría jurídica y legal para ofrecer a los niños en adopción cuando no se está en la posibilidad de criar al pequeño. De la misma manera muchos fieles y muchas parroquias han organizado redes de ayuda a las madres solteras y este tipo de ayuda debe crecer", agregó.
El Purpurado aseguró también que "la Iglesia sobre todo impulsa una educación sexual que integra la sexualidad y la afectividad en la educación para el amor, en la que los valores morales y las virtudes juegan un papel importante en el desarrollo armónico de las personas, con indudables beneficios para la sociedad".
Seguidamente denunció que existen quienes "pretenden justificar el aborto como parte de una estrategia contra la violencia y la delincuencia, argumentos francamente desfasados que no hacen ningún favor ni siquiera a su propia causa. La violencia no se combate con la violencia".
Finalmente se dirigió a los hombres que abandonan a las mujeres embarazadas y dijo que a ellos "la Iglesia les recuerda la responsabilidad que tienen delante de Dios, ante sí mismos, ante la mujer con la que han procreado, queridamente o como resultado de un acto irresponsable, y también delante de la sociedad".
"Los hombres que no asumen plenamente su responsabilidad en la procreación de un hijo, cometen una grave injusticia y se hacen responsables de un pecado. Se envilecen pues se trata de un acto de gran cobardía. La sociedad debe exigirles a través de las leyes que respondan de sus actos", sentenció.
Ante esta realidad, recordó el Cardenal, "contrariamente a cuanto la propaganda abortista proclama pretendiendo que la elección de procrear fuese sólo un asunto de la mujer, la realidad se impone. La procreación es un asunto compartido, la responsabilidad es compartida".
Para leer la entrevista completa ingrese a: http://www.siame.mx/apps/aspxnsmn/templates/?a=5535&z=32
(Actualizado a las 2:46 p.m. GMT-5)