El promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Charles J. Scicluna, defendió el derecho de los niños a gozar de un ambiente sano y seguro, y afirmó que los abusos sexuales, cuando son cometidos por un sacerdote, es "una traición a la confianza que el Pueblo de Dios deposita en sus pastores".
El Prelado hizo esta advertencia durante el foro internacional sobre "El mundo de los niños y el abuso de sus derechos", celebrado en la cámara del Senado de Roma.
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Según informó ayer Radio Vaticana, Mons. Scicluna advirtió que el abuso sexual contra menores "no es sólo un delito canónico o la violación de un código de conducta interno de un instituto", sino que también es un "delito perseguible por la ley civil", y aunque "las relaciones con las autoridades civiles varíen de un país a otro, es importante cooperar con tales autoridades".
En ese sentido, señaló que "abusar de un menor conlleva una trágica herida a la misma dignidad de la familia humana".
Mons. Scicluna dijo que "cualquier institución, global o local, que intente desarrollar una estrategia de tutela de la infancia y prevención de los abusos sobre los menores debe considerar sacrosanto el principio por el que el bienestar del niño es una absoluta prioridad para todos", pues es una "legítima expectativa que un niño transcurra sus primeros años de vida en un ambiente seguro y afectuoso".
El Prelado recordó las palabras Juan Pablo II en 2002, de que "no hay lugar en el sacerdocio, ni en la vida religiosa para quien pueda hacer daño a los jóvenes"; e insistió en la necesidad de una conducta irreprensible canalizada a través de instituciones cuyos códigos de conducta especifiquen claramente las consecuencias de su violación.
En ese sentido, recordó el Motu Proprio ‘Sacramentorum Sanctitatis Tutela’ de Juan Pablo II que en 2002 estableció una ley especial que incluyó el abuso sexual de menores cometido por un clérigo en la lista de los crímenes más graves.