Al recibir esta mañana las cartas credenciales de Joseph Tebah-Klah, el nuevo Embajador de Costa de Marfil ante la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI señaló que toda vida humana es sagrada por ser un don divino y su pérdida siempre es un drama.
En su discurso, el Santo Padre dijo que ha seguido con gran preocupación el desarrollo de la crisis postelectoral que ha conducido a las divisiones que afectan actualmente a Costa de Marfil. Asimismo, manifestó su deseo de que la recientemente creada Comisión Diálogo-Verdad-Reconciliación trabaje con diligencia e imparcialidad.
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Benedicto XVI afirmó que "la grave crisis que ha atravesado Costa de Marfil ha dado lugar a graves violaciones de los derechos humanos y a numerosas pérdidas de vidas humanas. Por ello, animo a vuestro país a promover cualquier iniciativa que conduzca a la paz y a la justicia".
"No hay que tener miedo de descubrir la verdad sobre los crímenes y sobre todos los atentados cometidos contra los derechos de las personas. El ‘vivir juntos’ solamente será posible y armonioso a través de la búsqueda de la justicia y la verdad (…) así como mediante el reconocimiento y el respeto del carácter sacro de toda vida humana".
El Papa resaltó luego que "como toda vida viene de Dios, es sagrada a causa de su origen divino. Así, la pérdida de una vida humana cualquiera –pequeña o grande, rica o pobre– es siempre un drama, sobre todo cuando el hombre es el responsable".
La diversidad de religiones y etnias del país africano "es una gran riqueza. El ‘vivir juntos’ ha de ser siempre sostenido y alentado ardientemente". Así, el Papa animó a los gobernantes a trabajar de modo transparente para que los recursos de la nación beneficien a todos los ciudadanos por igual.
Benedicto XVI aseguró que la Iglesia, por su parte, "participa con su especificidad al esfuerzo de reconstrucción. Ella no desea sustituir al Estado, pero, a través de sus numerosas instituciones en los campos educativo y sanitario, puede aportar consuelo y cuidados al alma; y esta ayuda es a menudo más necesaria que el apoyo material, sobre todo cuando es necesario curar tanto las heridas del cuerpo como las del alma".
Finalmente, el Santo Padre invocó la intercesión de la Virgen María para que el Señor derrame abundantes bendiciones sobre los gobernantes y el pueblo marfileños.