El Padre Mario Carrera, postulador de la causa de canonización del Beato Luigi Guanella -quien será declarado santo este domingo-, está convencido de que fue un enviado de Dios para llenar el mundo de caridad en medio de la incomprensión hacia los más desfavorecidos.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el Padre Carrera explicó que "Don Guanella fue un hombre de Dios enviado en un momento particular de la historia" y "se hizo el hombre de Dios a través de la oración, la oración hizo nacer la fe, la fe hizo nacer la caridad, la caridad hizo nacer el servicio y el servicio hizo nacer la paz, la armonía y la fraternidad entre los pueblos, y sobre todo el ser queridos dentro de aquella realidad ".
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El próximo 23 de octubre, el Beato Luigi Guanella, fundador de los Siervos de la Caridad, será declarado santo luego la milagrosa curación de William Glisson, un joven de Pennsylvania a quien los médicos no dieron oportunidad de recuperación tras sufrir un severo accidente mientras patinaba.
William tenía 21 años cuando en marzo de 2002 cayó de cabeza por patinar en reversa en la calle. Quedó en estado de coma y los médicos le practicaron cinco cirugías, incluyendo dos para unir las piezas de su cráneo. Los especialistas esperaban que el joven presentara un daño cerebral permanente.
Sin embargo, Glisson se recuperó completamente luego que un amigo de la familia organizara una campaña de oración por intercesión del Padre Guanella con una comunidad de los Siervos de la Caridad, así como residentes y estudiantes de la Aldea de Don Guanella dedicada a personas con discapacidades.
El postulador señaló a ACI Prensa que la vida de Padre Guanella no es más que la acción caritativa es la mano de Dios, que "da la mano al hombre. Es el corazón de Dios que se hace grande a través del corazón de cualquier hombre que sabe abrazar a cualquier persona en dificultad".
Afirmó que el Beato Guanella fue un ejemplo de confianza en Jesucristo, "porque era comprometido con la providencia de Dios, por tanto esta capacidad de fe en Dios, que no nos abandona, que siempre está a nuestro lado, y que nos dice no tengáis miedo".
Don Guanella tenía una gran capacidad de compartir, sobre todo con quien era en dificultad, "he sabido que una tarde, en la calle Milán de Roma encontró a un pobre que no tenía donde dormir, y lo llevó a su casa como huésped. No sabían dónde ponerle y él ofreció su habitación", explicó.
"Otras veces dio sus propios zapatos y su propia ropa, y las religiosas lo veían al día siguiente con otro hábito que no era el suyo por que los había regalado a los pobres".
El Padre Guanella dejó como legado su "solidaridad, este compartir realmente la situación del desamparado, del sufridor y su testimonio de que ningún pobre debería quedar sin respuesta porque era el enviado de Dios, porque era el rostro de Jesús".
Finalmente, el prelado relató que la canonización del Beato Guanella fue la coronación de un trabajo duro, pero mereció la pena "la satisfacción de tener realmente un fundador que ha dado un carisma y que todo su carisma está vivo y el auspicio de que esta carisma será cada vez más corazón de nuestros corazones, vida de nuestra vidas, sentimiento de nuestros sentimientos".
El Apóstol de la Caridad
El Beato Luis Guanella nació en el sur de Italia en 1842. Se hizo sacerdote y fundó dos órdenes -las Hijas de Santa María de la Providencia y los Siervos de la Caridad- para servir a los pobres.
El ministerio de estas órdenes gira en torno a la atención de la discapacidad del desarrollo, el apoyo a los ancianos, y el cuidado de los niños de entornos difíciles.
El Padre Guanella murió el 24 de octubre de 1915 y fue beatificado por el Papa Pablo VI en 1964.
La obra de Don Guanella
Actualmente el sueño de Don Guanella se hace realidad en Roma, en el centro San José de la Obra de Don Guanella, donde se asiste a niños con problemas y discapacitados psíquicos y físicos.
Además este centro da empleo también a personas con este tipo de dificultades y los ayuda jugando, enseñándoles actividades manuales, escritura, lectura y pintura.
Con más de 30 años de experiencia, Bianca María Volpe -una de las enfermeras especializada en fisioterapia y quineterapia que trabaja en la Obra de Don Guanella-, explicó a ACI Prensa que el trabajo es muy sacrificado pero es realmente reconfortante para el espíritu trabajar ayudando a estas personas.