El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, advirtió que existiría "un prejuicio expresamente anticatólico" debido a que el Estado no consulta a los institutos católicos a la hora de establecer políticas de formación de docentes, con el fin de imponer desde las escuelas un pensamiento único a toda la sociedad argentina.
Al inaugurar la 20° Jornada de Formación Docente en la Universidad Católica de Santa Fe,
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Mons. Aguer denunció que el Consejo Federal de Educación no convocó a las instituciones particulares, como las católicas, para definir "Los Lineamientos Federales para el planeamiento y organización institucional del sistema formador".
"La ausencia de nuestros institutos representa una fractura en el sistema formador al que se pretende dar unidad. Por otra parte, se ve vulnerado el respeto a la pluralidad de la que se hace mención en diversos documentos y se prescinde de los enriquecedores aportes que podrían brindar personas e instituciones con amplias trayectorias e indiscutible reconocimiento", señaló el jueves.
Esto, indicó, es "una muestra más de la inclinación monopólica que caracteriza a la ideología dominante en la política educativa nacional".
Sin embargo, Mons. Aguer advirtió que los institutos católicos también sufren una "asfixia económica" que se verifica en la "grave injusticia en la asignación de aportes a los institutos superiores de formación docente que se encuentran implementando las carreras que han sufrido modificación de sus diseños curriculares y el consecuente incremento de cargas horarias".
El Prelado dijo que "ante los reclamos del Consejo de Educación Católica las autoridades educativas sostienen que la asignación de los aportes debe realizarse estableciendo un orden de prioridades encabezado por los niveles educativos obligatorios".
"Con esa sustracción del necesario aporte estatal, se pone en peligro la subsistencia de muchas de las instituciones eclesiales de formación docente, que en esas condiciones de inferioridad no podrán sostener la continuidad de la oferta", alertó.
Mons. Aguer llamó a los institutos católicos a "fortalecer ante todo su identidad en el cultivo y la transmisión de un pensamiento cristiano y de una manera específicamente cristiana de ejercer el magisterio".
"Han de ser el camino hacia la comprensión de la verdad natural y sobrenatural y pueden brindar el instrumento necesario para una crítica del relativismo imperante en amplios sectores culturales y del constructivismo impuesto por la ideología oficial en los contenidos curriculares", afirmó.