Al explicar la parábola de los viñadores, Mons. Luis Stöckler, Obispo de Quilmes (Argentina), aseguró que nadie está excluido del corazón misericordioso de Dios quien "hasta la última hora de nuestra vida quiere compadecerse de nosotros".
En su reflexión el Prelado explicó que "los que son considerados últimos por los hombres, Jesús los busca en primer lugar. Y los busca para que sientan el amor que el Padre les tiene; y los invita a trabajar con él, porque la cosecha es grande y faltan muchos que todavía no han descubierto el amor de Dios".
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Mons. Stöckler recordó que "todos somos hijos del mismo Padre, pero a cada uno lo ha hecho distinto. Por eso, mutuamente nos enriquecemos con los diferentes dones que Dios nos ha dado en su inmensa sabiduría y bondad".
"La única recompensa que satisface al hombre es el sentirse hijo amado por el Padre, vivir en plena comunión con él y con los hermanos; el dinero y los bienes compartidos pueden ser un medio para ello, pero no el fin".
El Obispo precisó que "cuando Jesús decía que muchos de los últimos serán los primeros, hablaba de nuestra vocación que fuimos llamados después del pueblo elegido de Israel. Pero nuestra dicha no es menor que la de nuestros hermanos mayores. Y Dios sigue llamando a todos los pueblos".
"Nadie está excluido de su corazón misericordioso. Ésta es la buena noticia del Reino. Pero el llamado debe ser aceptado por cada uno con libertad para entrar en la viña y ser de la familia de Dios, y no quedar afuera a la hora de la paga", concluyó.