Ante la amenaza de algunos sectores del Parlamento alemán o Bundestag de boicotear el discurso que el Papa Benedicto XVI dará en ese lugar en Berlín durante el viaje a su tierra natal entre el 22 y el 25 de septiembre, los Obispos de Alemania han rechazado esta medida "que no tiene justificación" y que consideran "vergonzosa".
Según informa la cadena alemana Deutsche Welle (DW), el Cardenal Joachim Meisner, Arzobispo de Colonia, afirmó que estos planes "son algo de una mente pequeña, tanto así que uno no sabe si ponerse a llorar o echarse a reír".
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"El hecho de que (quienes planean el boicot) se sienten en el Parlamento no permite una opinión positiva sobre la noble representación del pueblo alemán", añadió.
DW señala que serían unos 100 parlamentarios, del total de 620, los que han expresado su intención de participar del boicot. Pertenecen al grupo social-demócrata, a los Verdes y al partido de izquierda.
Por su parte el Obispo de Dresden-Meissen, Mons. Joachin Reinelt, comentó que "una opinión crítica del contenido desde distintas perspectivas es aceptable" pero "una demostración de ignorancia y mal gusto a través de la anunciada ausencia es simplemente vergonzosa".
DW señala además que para el discurso del Papa se cree que las sillas van a escasear, por lo que aquellas que estén vacías serán usadas para otras personas que no sean los parlamentarios que las dejen. El Presidente del Parlamento, Nobert Lammert, considera que el Bundestag estará abarrotado para el discurso del Santo Padre.
"He constatado con cierto gusto que el número de personas que desean participar supera varias veces el número de aquellos que quieren hacer parte del boicot", declaró Lammert.
DW indica que se espera una manifestación de protesta al discurso del Papa, mientras lo pronuncie, de unas 10 mil personas.
Andrea Nahles, Secretario General social-demócrata, cree que no hay problema con que el Papa Benedicto XVI se dirija al Parlamento pese a las amenazas de boicot.
"Creo que no se le está dando, de forma alguna, un mal uso al Parlamento alemán. Además, a nadie se le obliga a ser católico o a creer lo que el Papa diga", sentenció.