Mary Wagner es una católica canadiense de 36 años que se dedica al apostolado pro-vida aun al precio de su libertad y ya no recuerda cuántas veces ha estado en prisión por defender la vida.
Esta semana, Mary –soltera, sin hijos y de escasos recursos económicos– comenzó a cumplir una nueva condena a 40 días de cárcel. Su delito es ingresar pacíficamente a un centro abortista y regalar rosas blancas con mensajes pro-vida a las mujeres que buscan abortar.
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Según informa el sitio web ReligionenLibertad.com (ReL), Mary Wagner es "interna asidua de las cárceles de mujeres de Toronto y Columbia Británica", "devota del Rosario y la Madre Teresa, pequeña y frágil, dulce, nada amenazadora". "Su crimen es ofrecer apoyo y alternativas a las mujeres que se acercan a centros abortistas. Cuando la encierran, aprovecha para evangelizar a las internas", explica la nota.
Mary "ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido arrestada desde la primera, el 1 de febrero de 1999. Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado".
Esta tenaz mujer creció en el seno de una familia numerosa y católica, sus padres fueron activistas pro-vida. Sin embargo, fue en la Jornada Mundial de la Juventud 1993 de Denver (EEUU), donde experimentó un despertar espiritual.
"En Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió ‘cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal’. Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, ‘me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó’", recoge ReL.
"En noviembre de 1999 la arrestaron por primera vez por violar el ‘área de seguridad’ de un centro abortista. Fueron sus primeras navidades en la cárcel".
"Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: ‘Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!’".
Esta semana, un juez de Toronto la declaró culpable de "uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de la clínica abortista de Bloor West, cerca de Toronto, así como de "retrasar el desarrollo del negocio".
Los testigos afirmaron que "Mary había sido amable, tranquila, pacífica en su trato con las mujeres de la clínica, pero al juez le dio igual".
Mary aprovecha su encarcelamiento para evangelizar. "En la cárcel de mujeres reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas".
"Para cuando salgan, les recomienda centros que ayudan a la mujer a superar el trauma post-aborto. Recibe visitas y cartas. La gente pro-vida le visita, como hacían los primeros cristianos con sus presos encarcelados por el César. Mary reza mucho: ¿dónde la quiere enviar Dios la próxima vez?"
Mary Wagner puede recibir cartas de apoyo en prisión, a través de la dirección:
Vanier Centre for Women
665 Martin St
Milton, Ontario
L9T 5E6
CANADA