A propósito del reciente caso de un médico en Francia acusado de haber practicado la eutanasia a 7 de sus pacientes, un artículo del diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) explica el uso de los cuidados paliativos y recuerda que toda vida es digna de ser vivida.
El texto de la edición del 17 de septiembre critica el proceder del doctor Nicolas Bonnemaison, en el suroeste de Francia, acusado de quitarle la vida a 7 pacientes de avanzada edad y de no haber respetado la ley vigente.
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El médico ha sido puesto en libertad bajo control judicial hasta la espera de su juicio. Mientras tanto se le prohibió ejercer la medicina y tener contacto con los miembros de su servicio.
Ferdinando Cancelli, médico especialista en cuidados paliativos, escribe en LOR que el actual debate legislativo en Francia sobre la eutanasia ha sido generado por la postura de algunos que consideran a un enfermo terminal como alguien con una vida "indigna" cuya existencia ya no "valdría la pena".
El artículo de Cancelli cita polémicas declaraciones de otro médico en el diario francés Le Monde, en que señala que la morfina aplicada a pacientes en peligro de muerte para aliviar sus dolores, "probablemente les acorta la vida, pero al menos morirán con dignidad".
"Una afirmación tal puede ser engañosa –prosigue Cancelli en LOR–, pues induce a pensar que el enfermo en cuestión muere por la administración de morfina y no por la carente aplicación de medios de soporte vital".
El texto señala que la confusión se daría sólo si no se tienen presentes los progresos de la medicina paliativa.
"Si se suministran en dosis oportunas con intención de aliviar el sufrimiento y no de matar a la persona, los fármacos opiáceos no sólo no abrevian la vida, sino que incluso pueden prolongarla, eliminando el estrés físico y psíquico derivado del sufrimiento", explica el experto.
Cancelli afirma también que la muerte digna no es la que induce el médico que acorta la vida al enfermo, sino la que se encamina al propio paciente a ser acompañado por sus familiares y asumir la enfermedad según los principios éticos y científicos de la medicina paliativa.
Asimismo, continúa, "se vive en una realidad en que son muchas las personas que cuidan a sus familiares que han enfrentado una grave enfermedad y que se han salvado de haberse transformado en vidas no dignas de ser vividas".
El experto italiano advierte además que hay que tener cuidado de llamar "indigno" a quien, habiendo sobrevivido con la propia debilidad, todavía puede enseñar a pensar y posiblemente a vivir.
Finalmente, Ferdinando Cancelli recuerda las palabras del Papa Benedicto XVI el pasado 20 de agosto en su visita al instituto Fundación San José de Madrid, cuando dijo que "proclaman la grandeza a la que está llamado el hombre: compadecerse y acompañar por amor a quien sufre, como ha hecho Dios mismo".