La plataforma Derecho a Vivir ha manifestado su pésame y su dolor tras conocer la noticia del fallecimiento de Ramona Estévez, si bien también ha mostrado su más firme condena, ya que "ahora cualquier enfermo puede ser tratado con la misma crueldad".
El 26 de julio Ramona Estévez sufrió un infarto cerebral lo que la dejó en un estado de coma profundo. En su caso, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía decidió el martes 23 de agosto, a pedido de los familiares, retirarle la sonda que la alimentaba e hidrataba. La anciana de 91 años falleció ayer.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Según ha informado la plataforma en un comunicado dado a conocer poe Europa Press, la portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, sostiene que "este caso debe servir para que la población tenga muy en cuenta que a partir de ahora, cualquier enfermo que entre inconsciente en la urgencia de un hospital puede enfrentarse a que un tercero decida si su vida merece la pena ser vivida".
"A partir de ahora, cualquier enfermo puede ser tratado con la misma crueldad con que ha sido tratada Ramona Estévez", ha subrayado.
"Es necesario –prosigue la doctora Joya– que aquellas personas que no deseen que sean tergiversadas si se da la circunstancia de que no puedan expresarse, dejen por escrito su voluntad para que nadie pueda manipular y aprovecharse del dolor de los familiares y allegados".
Asimismo, como ya ha adelantado Derecho a Vivir, sus servicios jurídicos "no dan por perdida la batalla legal que emprendieron el pasado 26 de agosto".
La portavoz de Derecho a Vivir sostiene que "bajo ningún concepto" van a permitir que haya quien utilice "una situación traumática para avanzar en una agenda ideológica radical e inhumana, que concibe al enfermo terminal como un desecho social del que sólo merece la pena deshacerse".
Por ello, la organización considera que "dada la arbitrariedad y ligereza" de la Junta de Andalucía al intervenir en el caso con una orden directa, están convencidos de que, "por desgracia, el caso de Ramona Estévez no será el último de este tipo", por lo que deben mantenerse "muy alerta".
Las leyes que se han aprobado en España con "enrevesados" nombres sobre el final de la vida no son, como ha criticado Derecho a Vivir en los últimos años, para ayudar y cuidar al enfermo, "sino para poder eliminarlo retirándole las ayudas para alimentarse, hidratarse o respirar", afirma la portavoz pro vida.
El Obispo de Huelva, Mons. José Vilaplana, afirmó en un comunicado a finales de agosto que "la muerte buscada o inducida, como tantas veces ha repetido Benedicto XVI, no es la respuesta al drama del sufrimiento".
El caso de Ramona Estévez recuerda el de la estadounidense Terri Schlinder-Schiavo, convertida en símbolo de una intensa batalla pro-vida, a quien también se le retiró la sonda que la alimentaba e hidrataba a pedido de su esposo y que muriera tras 13 días de agonía en marzo de 2005.
En Italia, un caso más reciente, el de Eluana Englaro, también conmovió a la opinión pública en el año 2009. La joven de 32 años también sufrió el retiro de la sonda que la alimentaba e hidrataba. Murió luego de 4 días de realizado el procedimiento solicitado por su propio padre.