El Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), Cardenal Jorge Mario Bergoglio, condenó ayer el robo de menores de edad, en referencia al caso de la niña Candela Sol Rodríguez de once años, hallada muerta luego de permanecer nueve días secuestrada.
"Todos leemos en los diarios y vemos en los medios el caso de Candela, que no es un caso sino que son cientos de casos de chicos que desaparecen", señaló durante la Misa en honor a San Ramón Nonato.
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El Purpurado llamó a proteger a los menores porque "hay lobos que roban a nuestros chicos: algunos los roban imponiendo una manera de ser, una cultura que los desgasta de la sociedad; otros los roban para explotarlos, como suponemos es en este caso o para negociar con ellos mediante rescate".
El Arzobispo también hizo un llamado a defender la vida de los no nacidos y de los ancianos, pues "cuando un pueblo se olvida de cuidar a sus niños y de cuidar a sus ancianos, empezó a ser un pueblo en decadencia, es un pueblo triste".
"Cuando en una familia se olvidan de acariciar al anciano, ya anida la tristeza en el corazón", afirmó.