El Secretario del Consejo de Analistas Católicos de México, Guillermo Gazanini Espinoza, señaló que la clase política, las instituciones gubernamentales y el gobierno, también son en parte responsables del atentado terrorista perpetrado en el "Casino Royale" en la ciudad de Monterrey, que cobró la vida de 52 personas.
El 25 de agosto por la tarde un grupo de hombres armado ingresó al casino, que en ese momento acogía a decenas de clientes, y provocó un incendio luego de rociar gasolina. La prensa local presume que los autores podrían ser la banda de "Los Zetas".
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Esta tesis cobra ahora más fuerza tras el anuncio, por parte de las autoridades locales, de la captura de cinco sospechosos de este grupo.
El atentado ha sido repudiado por diversos obispos de México, como el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo de Guadalajara; y el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, quien deploró "el cobarde y abominable ataque" que se suma a las "innumerables víctimas de la crueldad y maldad del crimen organizado que, como un látigo azota a nuestro atribulado país".
El artículo de Gazanini, con fecha 29 de agosto, titulado "México, un punto de quiebre...el terrorismo", denuncia que "sobre la conciencia de la clase política clama la sangre de estas 52 personas por haber atorado y ahogado reformas a las leyes de seguridad, paralizadas en poder legislativo desde hace más de un año".
"Leyes, como la del lavado de dinero, congeladas en los archivos de las comisiones por no convenir hasta ‘pactar’ presupuestos y reformas fiscales que sólo fortalecerán los feudos de los gobernadores, casualmente de los estados con más violencia", prosigue.
"Sobre ellos pesa esa sangre cuando en lugar de actuar, se despedazan por alcanzar los cargos de mayor responsabilidad de la vida de la República; por haber descuidado las tareas de reforma del modelo policial creando estamentos infiltrados por la corrupción donde el liderazgo, voluntad y decisión está en los capos perpetradores del terrorismo".
Guillermo Gazanini denuncia también la responsabilidad de las instituciones gubernamentales, las autoridades y el sistema de gobierno que "no han procurado el bien común arrojando a la pobreza a millones, particularmente a los jóvenes, quienes son usados por el crimen organizado como sicarios a cambio de unos cuantos miles de pesos".
Tras recordar que el crimen organizado es un problema trasnacional que ha generado "el secuestro, la extorsión, el tráfico de armas y hoy el terrorismo", el Secretario del Consejo de Analistas Católicos de México afirma que "el terrorismo que hoy presenciamos es un punto de quiebre en la historia democrática de México".
"Cuando se han metido contra la población civil de ese modo –concluye– todos los ciudadanos hemos perdido la garantía de seguridad a la cual está obligado el estado. Ya es un estado fallido. Primero fue una plaza pública, hoy fue un casino… ¿mañana?"
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