Las víctimas del terremoto en Haití, ocurrido el 12 de enero de 2010, se sienten abandonadas y hasta hoy viven en condiciones inhumanas, según informó esta semana la agencia vaticana Fides.
El órgano informativo explicó que los damnificados se encuentran aún en estado de emergencia, y sobreviven en campamentos de refugiados donde carecen de agua y servicios sanitarios.
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Fides denunció –citando fuentes locales- que un promedio de 112 personas se benefician de una sola letrina, sólo el 18 por ciento de los campamentos cuentan con lavatorios de manos y cara, y el 29% tiene un sistema de eliminación de residuos sólidos.
Además, el 48% de los desplazados accede a agua potable segura y el 61% del agua disponible se desinfecta con la dosis de cloro requerida.
Por ello en Haití se ha incrementado el riesgo de infección y transmisión del cólera, con unas 300 hospitalizaciones diarias.
En Petit-Goâve y campo de Regal las condiciones son aún más graves: en la primera hay una letrina por cada 141 personas y una ducha por cada 185; y en la segunda hay sólo dos baños para centenares de personas, no existe ningún dispensario ni centro de salud, ni un grifo.
Hasta mediados de agosto se registraron 426 mil 285 casos de contagio y 6 mil 169 defunciones.
Agencias de ayuda humanitaria de Haití han denunciado la falta de recursos para continuar con las actividades de recuperación en el país.
El terremoto que devastó la isla en 2010 causó la muerte de 200 mil personas y dejó más de un millón de desplazados.