El Arzobispo de Madrid y presidente del Comité Organizador de la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, Cardenal Antonio María Rouco Varela, señaló que el encuentro del Papa Benedicto XVI con más de un millón y medio de jóvenes de los cinco continentes “ha sido una fiesta de la alegría de la fe, que se ha ofrecido a todo el mundo”.
En la última rueda de prensa de los organizadores de la JMJ celebrada en Madrid, el Cardenal Rouco hizo un balance positivo del evento y resaltó el empeño del Santo Padre por permanecer al lado de los fieles durante los duros momentos de la tormenta de la Vigilia del sábado 20 en el Aeródromo de Cuatro Vientos.
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“Si alguien no quería dejar a los jóvenes a pesar de las inclemencias climatológicas ha sido él”, señaló el Purpurado.
Además, explicó que Benedicto XVI exigió que el papamóvil avanzara a mínima velocidad para “estar más tiempo con la gente”. El Papa “ha querido en muchos momentos estar cerca de las personas que le aguardaban a su paso por las calles de Madrid”, indicó.
El Purpurado señaló también que para el Pontífice la Vigilia fue realmente especial al poder apreciar los momentos de recogimiento y silencio en la oración por parte de los peregrinos. También elogió la ejemplar actitud de los peregrinos, destacó su “amabilidad, disponibilidad y servicio” y reconoció el esfuerzo de los miles de voluntarios.
La JMJ “ha reforzado la convicción de que las Jornadas Mundiales pertenecen al camino de la evangelización de la Iglesia de los jóvenes”, concluyó.