De visita en Madrid, el Obispo de Bagdad (Irak), Shlemon Warduni, deploró la violencia en su país y recordó que la Iglesia lleva un mensaje de esperanza para la población cristiana ante la persecución.
En declaraciones a la asociación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada –una de las que más asiste a los católicos perseguidos-, el Obispo lamentó la reciente ola de violencia que ha dejado al menos 65 muertos y 50 heridos en unos 17 ataques desde el 15 de agosto.
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El Obispo iraquí criticó el deterioro de seguridad en el país tras la invasión de Irak en 2003, lamentó la disminución de la presencia de cristianos y su huído al extranjero en respuesta a la violencia. Se estima que actualmente el número de cristianos en Irak no supera las 200 mil personas.
El Prelado reiteró que no se irá del país a pesar de la violencia. "Soy un obispo, soy un pastor, tengo que estar allí hasta que el Señor me llame a otra parte. No dejaré mi nación ni a mi pueblo", explicó.
Recordó que "nuestra esperanza está sólo en el Señor” y pidió a los católicos “rezar por la paz y la seguridad e iluminar a los gobiernos a hacer algo bueno para Irak y el Medio Oriente".
El Obispo denunció que la violencia en Irak se agrava por el tráfico de armas y un primer paso para combatirla sería detener este comercio ilegal.
"Para nosotros, como cristianos, nuestra fuerza está en el Señor. En situaciones como esta los cristianos pueden perder la esperanza, pero les decimos que debemos confiar en Dios, que dice 'No tengáis miedo, yo estoy con vosotros'", agregó y agradeció a AIN por todo el apoyo que ofrece a la Iglesia en Irak.