Pedro Barroso, el responsable de un grupo de peregrinos procedente de Noruega, ha afirmado que todos los grupos venidos de su país pondrán un lazo negro en sus banderas para recordar a los fallecidos en la tragedia de la isla de Utoya durante la Misa de envío que tendrá lugar este domingo en el aeródromo de Cuatro Vientos y que estará presidida por Benedicto XVI, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Además, Barroso ha asegurado que los jóvenes de su grupo han preparado esta JMJ con "gran alegría" pero que, tras los atentados ocurridos el pasado mes de julio, la perspectiva de estos peregrinos "ha cambiado a mejor" porque se ha convertido en una peregrinación "muy especial" en la que todos los días recuerdan "a los caídos en esa isla".
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Por otra parte, dos peregrinos venidos de Japón, Lucas y Laura, han reconocido a Europa Press que la JMJ les ha animado a "evangelizar el amor de Dios" en su país tras el terremoto y el tsunami sufrido en Fukushima.
Así, Lucas ha afirmado que hubo un momento en el que se preguntó "por qué Dios permitía tanto dolor y sufrimiento", pero que en esta JMJ ha podido ver que "aunque no tengas nada, el amor de Dios no termina nunca". Por ello, ha visto que tiene que "evangelizar y proclamar el amor de Dios a las familias que han perdido sus casas".
Lucas también ha afirmado que su empresa permanece todavía totalmente parada porque una de las fábricas terminó completamente destruida en Sendai, una de las localidades más afectadas por el tsunami.