En su saludo al Papa Benedicto XVI quien esta mañana (hora local) se encuentra en Madrid con un grupo de religiosas, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, señaló que sin el aporte espiritual de las religiosas esta Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) "no sería posible".
En el monasterio de El Escorial y ante miles de religiosas reunidas allí, el Cardenal dijo al Santo Padre que este encuentro con ellas, que suelen vivir en el claustro, es "un gesto delicadísimo de su paternidad para con ellas".
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"Muchos han sido los jóvenes que han colaborado con espléndida generosidad en la preparación de la JMJ de Madrid 2011. Muchos son los que han empeñado su tiempo libre, sus capacidades de trabajo, su entusiasmo apostólico en poner en marcha esta Jornada tan suya. Su servicio ha sido excelente ¡impagable!"
"Pero el de las jóvenes religiosa –continuó el Cardenal– viviendo y compartiendo con sus hermanas mayores de comunidad horas de oración y adoración en común y labores de todo tipo para que la organización de la JMJ 2011 constituyese todo un éxito litúrgico y pastoral, es todavía de un mayor precio".
El Purpurado se refirió luego a la "simpatiquísima iniciativa ‘Coser y Cantar’, a la que se sumaron muchísimas señoras y jóvenes seglares de toda España, da buena prueba de ello. Sin las religiosas, querido Santo Padre, sin su aportación, sobre todo, la espiritual, la Jornada Mundial de la Juventud no sería posible", que fue respondido por una gran aclamación de las jóvenes presentes.
"Son de lo mejor de la juventud de la Iglesia y de la sociedad y, por supuesto, de España", añadió.
El Cardenal exclamó luego: "¡Puede contar con ellas para el gran e ilusionante empeño de la nueva evangelización de los jóvenes del mundo! A las jóvenes religiosas aquí presentes les sale muy del corazón hacer suya la expresión de Santa Catalina de Siena y decirle al Papa: ‘¡Dulce Cristo en la Tierra!’".
"Lo piensan –concluyó– y lo hacen sin sentimentalismo alguno, con la reciedumbre de la fe y del amor que mostraba Santa Teresa de Jesús a "los que son defensores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden". ¿La defiende alguien más y mejor que el Papa? ¡Nadie!"