Unos veinte niños de las escuelas primarias de la localidad japonesa de Ofunato, afectada por la radiación emitida por la central nuclear de Fukushima luego del terremoto y tsunami del 11 de marzo, prometieron al Papa Benedicto XVI que "no se rendirán nunca" ante las adversidades.
Según informa el diario vaticano L’Osservatore Romano, los pequeños se encontraron con el Papa al finalizar la audiencia general de este miércoles en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
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Los niños expresaron al Pontífice su voluntad "de vivir y renacer" así como su esfuerzo para "reconstruir la ciudad todavía bella" y ofrecieron "no perder la sonrisa que es fuente de esperanza".
Para simbolizar esta esperanza, el alcalde de la localidad japonesa de Hokuto, Masashi Shirakura, ofreció un ramo de flores de cerezo bimilenario.
Esta voluntad de renacer de los niños, dijo, "es la misma que hizo levantar la cabeza a Nagasaki luego de la bomba nuclear del 9 de agosto de 1945. Las flores fueron las primeras en volver a aparecer apenas 30 días después del desastre, sorprendiendo a todos y convirtiéndose así en símbolo de esperanza".