El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, exhortó a los sacerdotes a cultivar el amor a la Eucaristía y a respetar "la estructura y la naturaleza de la Misa: no podemos cambiarla a nuestro arbitrio; no podemos inventar las oraciones; no podemos banalizarla con superficialidad y convertirla en un espectáculo".
El Purpurado hizo este llamado durante la ordenación sacerdotal de los diáconos Johan Contreras, Miguel Angel Pérez, Marco Pinfildi, Germán Urrea, Pedro Yegües y Arsenio Zambrano, celebrada el 30 de julio en la Catedral Metropolitana.
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"La Eucaristía es el mayor tesoro de la Iglesia, pues en este sacramento admirable se contiene no simplemente la gracia de Dios, sino al mismo autor de la gracia", dijo el Cardenal, e indicó a los diáconos que están llamados a hacer presente a Cristo mediante la proclamación de la palabra, la celebración de la Eucaristía y el servicio como buen pastor.
"Sí, mis queridos hermanos: como Iglesia, cuerpo vivo de Cristo en la historia, estamos llamados a hacer presente a Cristo en el mundo", añadió.
Asimismo, recordó que el sacerdote, al "actuar en la persona de Cristo para la salvación de las almas (…), es el único que puede presidir la Eucaristía. De allí la frase eclesial tan conocida: ‘sin sacerdocio no hay eucaristía’".
El Cardenal Urosa indicó que esto "lleva también a considerar la santidad a la que está llamado el presbítero", y a no conformarse "con una vida espiritual mediocre, tibia; está llamado a ir por el camino de Cristo, a vivir sus palabras a fondo".
"Queridos ordenandos, y queridos hermanos sacerdotes: de manera particular quiero invitarlos a ser fieles en su consagración a servir al Señor para siempre en el celibato", añadió.
Finalmente, el Cardenal reiteró su llamado para que se aprecie "altamente a Cristo sacramentado presente en nuestro sagrarios, y tributémosle el homenaje de nuestra adoración: con el esplendor del sagrario, con los gestos históricos, tradicionales de la adoración: la genuflexión, la oración de rodillas ante el Santísimo, y el culto cada vez más esplendoroso a ese Augusto sacramento".