Miles de fieles acuden hasta hoy miércoles al Monasterio de la Encarnación en Madrid (España), para presenciar la licuefacción de la sangre de San Pantaleón, contenida en una ampolla, así como para venerar el relicario que contiene un trozo del hueso del santo.
San Pantaleón, oriundo de Nicomedia (Turquía), fue un médico cristiano asesinado a causa de la fe el 27 de julio del 305 a manos del emperador romano Dioclesiano. La ampolla más grande que contiene su sangre se encuentra en Ravello (Italia), de la que se extrajo la porción que se conserva en el monasterio español.
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El P. Gabriel Ricci, uno de los tres capellanes del Monasterio de la Encarnación, dijo a la agencia EFE que la sangre no ha dejado de licuarse desde que fuera traída de Italia.
"Hay años que ha empezado a licuarse antes y se ha mantenido líquida más tiempo, no es una cuestión matemática y se ve por el color rojo de la sangre, que cuando está coagulada tiene una tonalidad marrón oscura, y al mover la ampolla", explicó.
Muchos de los fieles que llegan al monasterio piden al santo su intercesión para sanar de alguna enfermedad. "Un niño que estaba desahuciado fue traído del Hospital Niño Jesús por su padre y se curó de manera inexplicable después de que la Priora del convento de clausura pasara la ampolla sobre el niño enfermo", relató a EFE uno de los vigilantes al recordar un hecho de hace unos diez años.
Asimismo, se informó que además de las celebraciones eucarísticas, los fieles podrán apreciar con mayor facilidad el milagro de la licuefacción gracias a las dos pantallas instaladas y que en tiempo real muestran cómo la sangre va tomando un color rojo vivo, indicativo de la licuefacción.