El Obispo de Oslo, Mons. Bernt Ivar Eidsvig, consideró que los atentados perpetrados en la capital de Noruega hace unos días tuvieron como blanco real a todos los seres humanos, independientemente de sus inclinaciones religiosas, políticas, o culturales.
El viernes 22 de julio, el noruego Anders Behring Breivik de 32 años de edad, detonó una bomba en el distrito gubernamental de Oslo, y abrió fuego contra decenas de jóvenes de un campamento político juvenil en la isla de Utoya.
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El ataque constituye el primer acto terrorista de la historia de Noruega. Inicialmente se estimaron más de 90 muertos, pero la cifra disminuyó en las últimas horas debido a un error en el los cálculos iniciales de la policía.
En declaraciones a Radio Vaticana, Mons. Eidsvig animó a la unión de los noruegos y consideró que Breivik –a quien la prensa presenta como cristiano fundamentalista de extrema derecha–, es una persona con problemas mentales graves.
"Creo que la ideología no es suficiente para explicar todo esto", indicó.