Tras el brutal doble atentado perpetrado ayer en Oslo, calificado por el primer ministro como "tragedia nacional" en la que los fallecidos llegan ahora a 92, el Nuncio Apostólico en Noruega, Mons. Emil Paul Tscherrig, señaló que estos hechos constituyen "una locura humana inaceptable".
En declaraciones a Radio Vaticano, el Arzobispo se refirió al doble brutal atentado en el que la autoría del mismo sigue aún sin estar clara. The New York Times le atribuye la misma a un grupo extremista musulmán, mientras que otras fuentes señalan a un grupo anti-sistema de Noruega como los responsables.
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Mons. Tscherrig señaló que "ante todo, estamos muy impactados ante estos terribles hechos, por los dos atentados que han causado tantos muertos, sobre todo jóvenes. Presentamos nuestro profundo pésame a todas las familias y a todas las personas tan duramente golpeadas".
El diario español El País señala que el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, calificó de "tragedia nacional" estos hechos, en una conferencia realizada esta mañana. Asimismo la policía confirmó que al menos 85 personas murieron en el tiroteo cometido en un campamento juvenil del partido laborista al que tenía planeado acudir el primer ministro.
Luego de la matanza en este lugar, la policía detuvo a un noruego de 32 años identificado como Anders Behring Breivik, quien habría estado vestido de policía al perpetrar la masacre contra los jóvenes.
"Vi que disparaban a la gente. Intenté sentarme lo antes posible. Me escondí detrás de algunas piedras. Le vi una vez, solo a unos 20 o 30 metros de mí. Pensé: 'Tendré miedo de por vida', y en toda la gente que quiero", relató Jorgen Benone, uno de los sobrevivientes, a la agencia Reuters.
"Vi gente saltando en el agua, sobre unas50 personas nadando lejos de la costa. La gente estaba llorando, temblando, estaban aterrorizados", contó Anita Lien, que vive a pocos metros de la isla donde está el campamento, a la misma agencia.
El Nuncio dijo además a Radio Vaticano que lo ocurrido "para los noruegos es una gran catástrofe. La califican como la mayor tragedia que sufre el país después de la Segunda Guerra Mundial".
"En efecto es una cosa increíble: es un país pacífico, con una sociedad muy democrática y libre y efectivamente lo sucedido es un golpe muy duro para toda la población. Es una locura. Todas estas cosas son locuras humanas, que no se pueden explicar con ningún motivo, ni político, ni personal. Es siempre una locura humana inaceptable".
El Arzobispo concluyó explicando que "la Iglesia Católica está rezando y ciertamente mañana recordaremos a los fallecidos también en la Santa Misa. La situación está aún en desarrollo, la policía está indagando y todos están profundamente conmocionados".
En declaraciones a ACI Prensa el 22 de julio, el mismo día del doble atentado, el directro de comunicaciones de la diócesis de Oslo, P. Paul Bratbak, señaló que "estamos muy acostumbrados a la calma en esta pequeña nación en donde nada como esto sucede. Lo que ha sucedido es demasiado para todos nosotros".