Gianna Emmanuela Molla, hija de Santa Gianna Beretta –la famosa madre coraje italiana que llegó a los altares– viajó a Los Ángeles (Estados Unidos) para la dedicación de la clínica pro-vida Guadalupe a la memoria de su madre.
En septiembre de 1961, cuando estaba embarazada de su cuarta hija, le diagnosticaron cáncer. Gianna, médico de profesión, optó por salvar la vida de la bebé por nacer y falleció una semana después del nacimiento de su hija Gianna Emmanuela. El Papa Juan Pablo II la beatificó en 1994 y la canonizó el 16 de mayo de 2004.
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La ceremonia de dedicación de la clínica, que es una iniciativa de la organización pro-vida Manto de Guadalupe, fundada por el actor Eduardo Verástegui, se realizó el 18 de julio. En ella, Gianna Emmanuela entregó una placa para dedicar el centro médico a su madre, la santa que entregó su vida por salvar a su hija no nacida.
En declaraciones a ACI Prensa el 22 de julio, Jaime Hernández, presidente de Manto de Guadalupe, afirmó que la participación de la hija de Santa Gianna en la inauguración de la clínica fue muy significativa. "Es algo especial poder tener la oportunidad de convivir con la hija de un santo, pues no es algo que sucede con frecuencia", indicó.
Al recordar el testimonio pro-vida de Santa Gianna, su hija "recalcó la importancia de defender la vida, y de que la gente se comprometa a ayudar a estas mujeres que están atravesando situaciones difíciles", explicó Hernández a ACI Prensa.
"Santa Gianna a pesar de saber el sufrimiento tan grande que iba a conllevar su sacrificio decidió hacerlo, se entregó a Dios, y es por ello que es recordada", afirmó Hernández.
La historia de Santa Gianna Beretta Molla
Gianna nació en la provincia italiana de Milán, en 1922, fue la décima de trece hijos de una familia de clase media de Lombardía (norte de Italia). Estudió medicina y se especializó en pediatría, profesión que compaginó con su tarea de madre de familia.
Su esposo la recuerda como una mujer que vivió su vida en la búsqueda del cumplimiento del Plan de Dios.
"Cuando se dio cuenta de la terrible consecuencia de su gestación y el crecimiento de un gran fibroma -recuerda el esposo de Gianna- su primera reacción, razonada, fue pedir que se salvara el niño que tenía en su seno".
Gianna fue aconsejada de una intervención quirúrgica que le habría salvado la vida con toda seguridad. Pero "Gianna eligió la solución que era más arriesgada para ella", explica su esposo.
Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, exclamó: "Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid –lo exijo– la suya. Salvadlo".
Gianna murió santamente el 28 de abril de 1962, con 39 años de edad, una semana después de haber dado a luz a Gianna Emmanuela, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria "Jesús, te amo; Jesús, te amo".
Sus restos reposan en el cementerio de Mésero, a pocos kilómetros de su ciudad natal, Magenta.
Los hijos de Santa Gianna son los primeros en la historia de la Iglesia Católica que vivieron para ver la canonización de su propia madre.
Santa Gianna es considerada patrona de las mujeres embarazadas, los no-nacidos, y los movimientos pro-vida.