El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares Llovera, consideró que la amenaza del secularismo coincide con el Tercer Reich en su intención de apartar al hombre de Dios.
Al recibir el doctorado honorífico de la Facultad de Teología "Redemptoris Mater" del Callao (Perú), el Cardenal Cañizares recordó que sin Dios "el hombre se queda solo".
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"Si el hombre por sí solo, sin Dios, puede decidir lo que es bueno y lo que es malo, también puede disponer que un determinado grupo de seres humanos sea aniquilado", agregó durante su visita al puerto peruano.
En este sentido, el Purpurado explicó que "no podemos olvidar… que apoyadas en similares raíces de pensamiento, determinaciones de este tipo ya se tomaron en el Tercer Reich o en el mundo soviético".
La negación de Dios y vivir como si Dios no existiera, es el problema de "más vastas consecuencias deshumanizadoras para el hombre y para su futuro", recordó.
En su discurso, sobre el cristianismo y el reto de la secularización, el Purpurado recordó que a "todos nos urge evangelizar, y más hoy, porque no hay mayor pobreza que vivir como si Dios no existiera".
"El desarrollo de este laicismo es alarmante en algunos lugares, toca al núcleo y fundamento de nuestra sociedad, afecta al hombre y su realidad más viva y a su propio futuro", y al mismo tiempo "ha podido invadir también la fibra religiosa", lamentó.
Además, señaló que la negación de Dios priva de su fundamento a las personas, ya que "es contrario a la razón actuar contra la naturaleza de Dios, como también es contrario a la naturaleza de Dios no actuar con la razón".
Animó a los fieles a mantener y preservar viva su fe, pues el laicismo ideológico "comporta un modo de pensar y vivir en el que la referencia a Dios es considerada como una deficiencia en la madurez intelectual y en el pleno ejercicio de la libertad, así se va implantando la conversión atea de la propia existencia".
Finalmente, la autoridad vaticana recordó que "la afirmación de Dios conduce a la afirmación del hombre, que es raíz y fundamento de la dignidad e inviolabilidad de todo ser humano, y lleva consiguientemente a la paz y a la cohesión de la sociedad, basadas siempre en el respeto y promoción de la dignidad de todo hombre".