El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, se sumó a los festejos por el Bicentenario nacional que se celebran este 5 de julio, y afirmó que este debe ser ocasión "para que el país vaya por los caminos de una verdadera y permanente independencia, marcados por las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo".
En una declaración leída en las parroquias de Caracas el 2 y 3 de julio, el Purpurado recordó que la Iglesia ha estado presente en la vida del país desde sus orígenes, difundiendo los valores de honestidad, amor a las personas y el respeto a los derechos humanos consagrados en la Constitución.
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Por tanto, afirmó, la Iglesia acompaña desde sus inicios al pueblo venezolano en sus "legítimas aspiraciones", compromiso que es renovado en esta fecha; pero también rechaza "todo aquello que se oponga a la libertad y a la paz, a la solidaridad y a la justicia, a la convivencia social y a los derechos humanos".
"De nuevo recordamos que la imposición de un estado totalitario socialista marxista es contraria al bien común y a la voluntad de los venezolanos expresada en el referendum del 2 de diciembre de 2007. Además rechazamos la violencia en todas sus formas, especialmente la delincuencia asesina, y la terrible situación de las cárceles, que requieren una profunda e inmediata transformación", afirmó.
En ese sentido, llamó a unir esfuerzos para superar la actual polarización y propiciar el diálogo que lleve a la reconciliación. Aclaró que "este diálogo para la paz será eficaz cuando se respeten en todos las instancias y ámbitos sociales, valores fundamentales como la verdad y la justicia y los principios consagrados en la Constitución Nacional".
Asimismo, el Arzobispo llamó a los venezolanos a reconocer y agradecer al Señor los innumerables dones y oportunidades prodigadas a Venezuela "para que todos podamos alcanzar una vida digna, con un desarrollo sostenible, en paz y en libertad".
También exhortó a tomar conciencia de "los grandes problemas y retos pendientes, algunos desde la fundación misma de la república, y que afectan negativamente a la mayoría de nuestra población urbana y rural, comenzando por los pueblos originarios".
"La evangelización siempre va unida a la promoción humana. Por ello tenemos el deber y la misión de dar nuestro aporte al bien común a través de la iluminación de las conciencias de todos los actores sociales, en orden a salvaguardar la dignidad y los derechos de todas las personas, las familias y la sociedad en general", afirmó.
Finalmente, el Arzobispo elevó oraciones por la estabilidad del país y la salud del presidente Hugo Chávez.
La declaración también está firmada por los obispos auxiliares, Mons. Saúl Figueroa Albornoz, Mons. Luis A. Tineo Rivera, Mons. Jesús González de Zárate, Mons. Fernando Castro Aguayo; y por el Obispo Auxiliar Emérito, Mons. Nicolás Bermúdez Villamizar.