El Patriarca de Lisboa (Portugal) Cardenal Jose Policarpo, no está a favor de las ordenaciones femeninas aunque "no fue preciso al hablar del sacerdocio en una reciente entrevista" señaló a ACI Prensa una fuente del Episcopado portugués.
Hablando sólo como referencia, dado que el Cardenal Policarpo es la figura más importante de la Iglesia en Portugal, una fuente del Episcopado dijo a ACI Prensa que las informaciones que señalan al Patriarca de Lisboa como partidario de la ordenación sacerdotal femenina "han seleccionado deliberadamente pasajes de una entrevista que en sí misma fue poco clara".
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Según la fuente, el Cardenal, que en mayo de 2011 fue elegido presidente de la Confrencia Episcopal de Portugal a los 75 años, "trató de explicar la doctrina católica sobre el sacerdocio a un medio secular, que no está familiarizado con el catolicismo. El resultado de la entrevista fue poco feliz, pero concluir que apoyó la ordenación femenina es una exageración y hasta una distorsión de lo que dijo".
El Cardenal abordó el tema de la ordenación sacerdotal en dos preguntas durante una extensa entrevista concedida a la edición de mayo 2011 de la revista de la Orden de los Abogados (OA) de Portugal (equivalente a la American Bar Association).
Las respuestas del Cardenal fueron textualmente las siguientes:
Pregunta: Las mujeres no pueden ocupar cargos de responsabilidad en la Iglesia Católica. ¿Cuál es su perspectiva?
Cardenal Policarpo: Su afirmación no es exacta, mire, desde San Pablo… El problema que ha sido propuesto recientemente es el del sacerdocio ministerial. Quitando eso, hubo periodos en que las mujeres han sido absolutamente decisivas; basta pensar en el rol de los monasterios, donde ellas tenían altísimas responsabilidades.
El problema que fue planteado ha sido acentuado por el hecho de que iglesias no católicas han ordenado mujeres para el sacerdocio ministerial, lo que generó, digamos así, una polémica. La posición de la Iglesia Católica está muy basada en el Evangelio, no tiene la autonomía que tiene, por ejemplo, un partido político o un gobierno en general. Tiene su fidelidad al Evangelio, a la persona de Jesús y a una tradición muy fuerte que nosotros recibimos de los Apóstoles.
Ya en el tiempo de Jesús había una complementariedad muy hermosa entre el papel de la mujer y el papel del hombre. No ha sido de casualidad que Jesús escogió hombres para el sacerdocio y dio a las mujeres otro tipo de atención… Creo que este es un falso problema.
Una vez, estaba en una comunidad de jóvenes acá en la Diócesis y, cuando llegamos al diálogo, hubo una joven que lanzó la pregunta: ¿Por qué las mujeres no pueden ser padres? Y yo decidí arriesgar. Y dije: tienes razón, pero para que otros estudien el asunto es necesario saber si hay candidatas… ¿Quién de ustedes quisiera ser candidata? Todas permanecieron con la cabeza abajo.
Conocí y conozco mujeres responsables en la Iglesia que no quieren el sacerdocio ministerial. Una vez, en un contexto de un encuentro internacional sobre la nueva evangelización, en Viena, se planteó la pregunta y yo dije que no hay en este momento ningún Papa que tenga poder para ello. Eso traería tensiones, y sólo sucederá si Dios quiere que suceda y si está en Sus planes sucederá.
Una vez pregunté (sobre el tema) a un sacerdote (evangélico) en Dinamarca, y él me respondió diciendo que en el sector de la caridad están todas las mujeres, con su ternura y dedicación; en lo que toca a la presidencia de la Misa dominical, ésta se ha vaciado apenas las mujeres comenzaron a presidir. No sé por qué.
El Santo Padre Juan Pablo II, en un determinado momento, pareció dirimir la cuestión. Pienso que la cuestión no se dirime así, teológicamente no hay ningún obstáculo fundamental; hay esta tradición, digamos así… nunca ha sido de otra forma.
Pregunta: Desde el punto de vista teológico, no hay ningún obstáculo…
Cardenal Policarpo: Pienso que no hay ningún obstáculo fundamental. Es una igualdad fundamental de todos los miembros de la Iglesia. El problema se coloca bajo otra óptica, en una fuerte tradición, que viene de Jesús, y en la facilidad con que otras iglesias reformadas se fueron en esta dirección.
Esto no ha facilitado la solución del problema, si es que el problema tiene solución. Con certeza no es para nuestra vida, hoy entonces, en el momento que estamos viviendo, es uno de aquellos problemas que es mejor ni siquiera abordarlo… suscita una serie de reacciones.