Ante las informaciones dadas a conocer por el diario El Nuevo Herald sobre supuestas presiones del Cardenal Jaime Ortega, para cerrar la revista de la Iglesia en Cuba "Vitral", el Arzobispado de La Habana señaló que el Purpurado nunca presionó para tomar tal medida, lo que se demuestra con el hecho que la publicación aún sigue en circulación.
El Nuevo Herald y el Miami Herald recibieron de Wikileaks más de 250 000 cables, entre los cuales está uno de 2007 en el que un diplomático estadounidense afirma que el Cardenal Ortega presionó para que se clausurara "Vitral", publicación que suele ser crítica al gobierno de Cuba.
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Según el cable el gobierno quería cerrar la revista por las críticas que recibía durante años, pero temía una reacción adversa y por lo tanto "debe estar feliz, porque la Iglesia le hizo el trabajo sucio".
El Nuevo Herald señala en una nota del domingo 26 de junio que si bien "la publicación no fue clausurada, su director (Dagoberto Valdés) renunció a su puesto y su contenido fue suavizado".
ACI Prensa se contactó con el Arzobispado de La Habana en donde indicaron que la opinión de esta institución está contenida en un correo electrónico que el vocero Orlando Márquez envió a El Nuevo Herald.
En esa nota Márquez precisa que en realidad "hubo una sola ocasión, hace varios años, en que el Cardenal Ortega trató directamente el tema de Vitral con Dagoberto Valdés".
El Nuevo Herald contactó a Valdés quien señaló que no quería hacer comentarios sobre el cable, pero sí señaló que, efectivamente, Vitral "molestó al gobierno".
Orlando Márquez señala que habían llegado algunas quejas a la Nunciatura Apostólica en La Habana desde donde le pidieron al Cardenal conversar con Valdés sobre ellas, "pero nunca se habló del cierre de la publicación".
Para el vocero "la diplomática norteamericana ante la Santa Sede estaba mal informada, porque la revista nunca se cerró y continúa circulando".
Márquez señala también que "acusar al cardenal Ortega de cuanto se le ocurra a un grupo de personas molestas, aunque sea por un hecho ocurrido fuera de La Habana, ya no es extraño".
"Así sucedió con Vitral hace cuatro años, y volvió a ocurrir a principios de este año cuando le responsabilizaron con el despido de un grupo de empleados en la emisora Radio Paz, de Miami (Estados Unidos)".
Tras señalar que no importa si el dato es cierto o no, lo importante es "preguntarse quién se beneficia con esto".
Orlando Márquez escribe además que las críticas no solo han sido para la revista Vitral sino también para Palabra Nueva, Espacio Laical Actualmente Vitral también genera algunas quejas, como señala el Obispo de la diócesis de Pinar del Río, de donde es la publicación.
"Pero las quejas nunca se han convertido en solicitud de cierre", precisó.
Márquez explica que "los obispos siempre han defendido ante las autoridades las publicaciones de la Iglesia. Recuerdo que en el año 1997, justo antes de la visita del Papa a Cuba, las autoridades presionaron para que la Iglesia inscribiera las revistas en el registro nacional de publicaciones".
En aquella ocasión y por un acuerdo unánime, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba presidida entonces por el Cardenal Ortega, "decidió no inscribirlas, precisamente porque no se quería correr el riesgo de que alguna fuera después oficialmente clausurada".
(Actualizado a las 09:14 a.m. GMT-5 del 28 de junio)