El Senado del estado de Nueva York (Estados Unidos) aprobó en la madrugada de este sábado 25 de junio la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, según informa el diario The New York Times.
La votación ha sido muy ajustada y ha sido aprobada tras nueve horas de debate a puerta cerrada con 33 votos a favor y 29 en contra. Un total de cuatro senadores republicanos han votado a favor de la medida, uniéndose a los 29 senadores demócratas.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Debido a la masiva presencia de personas manifestándose a favor y en contra de la medida se tuvo que cerrar el Senado para proceder a la votación.
La aprobación de esta medida era la última etapa en la legislación a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, fuertemente apoyado por el gobernador del estado, Andrew M. Cuomo. Se espera que Cuomo firme la medida, y a partir de ese momento la ley será efectiva 30 días después.
En la actualidad únicamente cinco de los 50 estados (además de Nueva York) permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo: Connecticut, Iowa, Masachusets, New Hamphsire y Vermont, así como el distrito de Columbia.
La aprobación de esta medida fue celebrada por el lobby gay, que sufrió una dura e inesperada derrota hace apenas dos años en el Senado --que por entonces estaba controlado por los demócratas-- para la aprobación de esta ley.
Cuomo ha hecho del mal llamado "matrimonio" homosexual una de sus prioridades para este año y se ha puesto a la cabeza de la medida junto con varias organizaciones del lobby gay para hacer frente a la derrota sufrida en 2009.
Gracias a esta alianza, Cuomo ha utilizado tres millones de dólares para campañas en radio y televisión para persuadir a un puñado de senadores de que dejaran de un lado su oposición a la ley y mostraran su apoyo a la misma.
Para los senadores republicanos, el mero hecho de proponer esta medida era una decisión errónea.
La mayoría de los republicanos se oponen a esta opción basándose en fundamentos morales, aunque algunos de ellos aducen también motivos políticos, temiendo que la aprobación del matrimonio homosexual bajo su mandato pueda enfadar a los votantes de su partido, inclinando la balanza del lado demócrata para las siguientes elecciones.