Un grupo de ciudadanos italianos lanzó un proyecto para dedicar un museo al Papa Pío XII. La iniciativa tiene el apoyo de importantes personajes como el senador italiano Stefano De Lillo, que desean dar al Pontífice –vapuleado con frecuencia por sectores anticatólicos– el lugar "que le corresponde en la historia".
En declaraciones a ACI Prensa, De Lillo explicó que el Papa Pío XII "durante su vida fue exaltado por todos, y en el momento de su muerte, la Primer Ministro de Israel, Golda Meir, aseguró que murió un ‘gran hombre justo’".
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Los planes para el museo se encuentran en fase inicial pero se discutieron en una conferencia internacional organizada por el senador De Lillo este mes. La idea también tiene el apoyo del ex Primer Ministro italiano Giulio Andreotti.
Uno de los mayores obstáculos es la difundida idea de que el Papa Pío XII no hizo lo suficiente durante la Segunda Guerra Mundial para salvar judíos de la persecución nazi. El senador De Lillo espera que el nuevo museo ayude a aclarar las cosas.
"Hay tantos escritos de judíos italianos y romanos que agradecen al Papa por haber permitido que buscaran refugio en conventos, institutos e iglesias de toda Roma. Se estima que al menos 5 000 personas fueron salvadas por la acción directa del Papa", recordó.
"Un museo de este tipo puede ayudar a recuperar una verdad histórica, en plena armonía con nuestros hermanos mayores de la religión judía, con los que nuestra relación es muy buena", dijo el legislador italiano.
La idea original del museo corresponde a la religiosa Margherita Marchione, la historiadora de 90 años que desde 1995 procura limpiar el nombre del Papa Pío XII.
La biógrafa del Pontífice radica en Nueva Jersey (Estados Unidos).
El senador De Lillo explicó que el museo reunirá "toda la documentación que posee la hermana, junto con otra documentación de otros sitios".
También quiere destacar la valentía y la lealtad del Papa Pío XII a los ciudadanos de Roma durante la guerra.
"Gracias al Papa Pío XII, Roma fue declarada ciudad abierta durante la Segunda Guerra Mundial y una convención internacional prohibió bombardearla", recordó el senador De Lillo.
Tanto antes como después de la concesión de este estatus en 1943, Roma fue bombardeada por los Aliados y el Eje. Pero a diferencia del rey italiano Víctor Manuel III, y el dictador Benito Mussolini, quien huyó de Roma debido a la amenaza de los bombardeos, el Papa Pío XII se mantuvo en la ciudad en todo ese tiempo.
"Después de la guerra, los ciudadanos y la ciudad de Roma colocaron una placa en la Plaza de Pío XII, cerca del Vaticano dar las gracias al Papa por haber salvado a Roma", señaló el senador.
Los romanos también lo honraron con el título de "Defensor Civitatis" o "defensor de la ciudad," y ese es el nombre que el senador De Lillo quiere dar al nuevo museo.