Al recibir esta mañana a los obispos de Madras-Mylapore, Madurai, Pondicherry y Raipur (India), al final de su visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI resaltó que todo pastor debe ser artífice de unidad y comunión en medio de la familia del pueblo de Dios.
En su discurso en inglés el Santo Padre señaló a los obispos que "habéis sido enviados al pueblo de Dios como pastores y estáis llamados a enseñar, santificar y gobernar las Iglesias locales. Cumplís esta tarea a través de la predicación del Evangelio, la celebración de los Sacramentos, y la atención por la santidad y la eficaz actividad pastoral del clero".
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"También estáis llamados a gobernar en la caridad a través de una vigilancia prudente con vuestras facultades legislativas, ejecutivas y judiciales. En este papel delicado y exigente, el obispo, como pastor y padre, debe unir y formar a su rebaño como una familia en la que todos, conscientes de sus deberes, desean vivir y actuar como uno solo en la caridad".
Entre las responsabilidades más importantes del Obispo, prosiguió el Papa, está "la promoción del carisma de la unidad, que constituye un poderoso testimonio de la unicidad de Dios y una característica de la Iglesia una, santa, católica y apostólica".
"Con vuestro ministerio estáis llamados a fortalecer al pueblo a quien Dios ha elegido como suyo, a servirlo y reunirlo en un solo templo, una digna morada para el Espíritu", añadió.
"Debéis apoyar a vuestros sacerdotes, vuestros colaboradores más cercanos, y estar atentos a sus necesidades y aspiraciones, interesándoos por su bienestar material, espiritual e intelectual. Ellos, como hijos y compañeros de trabajo, están llamados a su vez, a respetar vuestra autoridad y a trabajar con alegría, humildad y plena dedicación por el bien de la Iglesia, pero siempre bajo vuestra dirección".
Seguidamente indicó que "los lazos de amor fraterno y de interés común que mantengáis con vuestros sacerdotes serán la base para superar las tensiones que puedan surgir, y promover las condiciones más propicias para el servicio del pueblo de Dios, (...) llevándoles a conocer su valor y a asumir la dignidad que les corresponde como hijos de Dios".
"Los religiosos y religiosas también necesitan vuestra orientación y apoyo", observó el Santo Padre. "El testimonio de vuestro amor profundo por Jesucristo y su Iglesia les ayudará en su entrega a la perfecta pobreza, castidad y obediencia a la vida a la que han sido llamados", agregó.
El Papa también recordó la importancia de la vida consagrada y pidió a los prelados que garantizasen siempre a ellos "una sólida formación humana, espiritual y teológica".
Finalmente el Santo Padre expresó su aprecio por "las muchas religiosas en la India" que "dan testimonio de la santidad, vitalidad y esperanza de la Iglesia, ofrecen innumerables oraciones y llevan a cabo incontables buenas obras, a menudo escondidas, que sin embargo tienen un gran valor para la edificación del reino de Dios".