El escritor y realizador Terry Prachett defendió la emisión de su controvertido documental el 13 de junio en la BBC titulado "Eligiendo morir", sobre la eutanasia de Peter Smedley, un hotelero británico multimillonario de 71 años afectado de una dolencia motora que acudió a la clínica suiza Dignitas para acabar con su vida.
La agencia Efe señala que para Prachett, que apoya la legalización del suicidio asistido desde que se le diagnosticara el mal de Alzheimer en fase temprana, aquellos que sufren una enfermedad terminal deberían poder decidir sobre su vida. Preguntado sobre por qué quiso grabar el documental, respondió que porque le "horroriza" la situación actual.
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La emisión del documental en la cadena británica BBC ha sido criticada por diversas organizaciones, que han acusado a la emisora pública por promover el suicidio asistido y de alentar a que otras personas sigan los pasos de Smedley.
"Eligiendo morir" comienza cuando Smedley abandona su casa en el Reino Unido y dice a Pratchett: "mi estado se ha deteriorado hasta el punto de que necesito marcharme bastante pronto".
Termina con las imágenes de Smedley ingiriendo una dosis del fármaco Nembutal con chocolate, tras lo cual se le ve respirar con mucha dificultad y llamar a su esposa Christine, con la que estuvo casado 40 años, quien sostiene su mano mientras muere.
El realizador también dijo que pese a haber presenciado cómo se ayudaba a morir a un hombre, continuaba apoyando el suicidio asistido. Pratchett observó que "la falta de dignidad es motivo suficiente para algunas personas para matarse a sí mismas".
La cadena británica BBC también defendió el documental en el que se aprecia a Peter Smedley tomando una dosis letal de barbitúricos en la clínica suiza Dignitas, donde en los últimos 12 años se han asesinado a más de 1 000 personas.
El pasado 3 de junio otro famoso activista y colaborador de más de 130 suicidios asistidos también hizo noticia, el llamado "Doctor Muerte", Jack Kevorkian, fallecía en un hospital de Detroit (Estados Unidos) a la edad de 83 años.
Kevorkian, quien también filmó uno de los suicidios asistidos en los que colaboró, fue condenado a 25 años de prisión por homicidio en segundo grado, saliendo de la cárcel en 2007.
En su juventud, el "Doctor Muerte" hacía rondas especiales en busca de pacientes moribundos para mantenerles los párpados abiertos con cinta adhesiva y fotografiar sus córneas con el fin de observar si los vasos sanguíneos cambiaban de aspecto en el momento de la muerte.
Convencido de que ningún experimento era demasiado, a principios de los sesenta ya ensayaba transfusiones de sangre de cadáveres a personas vivas, buscaba permisos para experimentar con reos condenados a muerte por considerar "un privilegio único hacer pruebas con un ser humano que va a morir".
¿Qué es la eutanasia?
Etimológicamente la palabra "eutanasia" proviene del griego "eu" (bien) y "Thánatos" (muerte), es decir "buena muerte" o "bien morir". Sin embargo, esta palabra ha adquirido poco a poco otro sentido, algo más específico: procurar la muerte sin dolor a quienes sufren.
La doctrina católica sobre la eutanasia está contenida en los numerales 2276, 2277, 2278 y 2279 del Catecismo de la Iglesia en donde se señala con claridad que "cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable".
"Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre".
En ellos también se explica la necesidad de los cuidados paliativos ante el sufrimiento, que constituyen "una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados".
En el año 2004 el entonces Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el ahora Cardenal Elegio Sgreccia, se refirió a la legalización de la eutanasia infantil en Holanda señalando que la Iglesia siempre rechaza esta práctica.
En declaraciones al diario vaticano L’Osservatore Romano dijo que "nada ni nadie pueden darnos permiso para matar a un ser humano inocente, ya sea un feto, un embrión, un niño, un adulto, un anciano o un enfermo en su incurable agonía".
También precisó que "nadie puede reclamar una responsabilidad tan homicida para sí mismo o para otra persona. Ninguna autoridad puede imponerlo o permitirlo legítimamente. Esto es una violación de la ley divina, una ofensa para la dignidad de la persona humana, un crimen contra una vida y un ataque contra la humanidad".
Más recientemente, en febrero de este año, el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, presidido por el Arzobispo Zygmunt Zimowski, dio a conocer un mensaje en el que alentaba a los católicos médicos y personal de centros de salud a hacer uso del derecho a la objeción de conciencia ante la eutanasia y el aborto, para hacer frente a "una cultura de muerte que se difunde por el mundo".
En la declaración el Prelado alentó a los cristianos "y a toda la sociedad civil" a promover una "mayor sensibilidad" hacia aquellas personas "que viven en condiciones de sufrimiento y de enfermedad" para que "nadie se quede solo o privado de los cuidados necesarios".
Más información sobre la eutanasia en: http://www.aciprensa.com/eutanasia/