El diario vaticano L’Osservatore Romano publica en su edición de este martes 14 de junio un artículo en el que critica que se juegue con la esperanza de una cura al presentar la investigación con células estaminales embrionarias como un recurso eficaz cuando la realidad demuestra que no lo es.
En mayo de este año el gobierno alemán ordenó el cierre de XClinic, que ofrecía diversos tratamientos para la parálisis cerebral, Parkison y afecciones a la médula espinal, luego de que un bebé de 18 meses muriera en octubre de 2010 tras haber recibido allí una inyección en el cerebro con células estaminales embrionarias.
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Unos meses antes otro niño, de diez años de edad, casi fallece y resultó con una severa discapacidad, luego de que se sometiera a un procedimiento similar.
El Dr. Augusto Pessina catedrático de microbiología de la Universidad de Milán (Italia), menciona estos casos en su artículo "Con las mentiras no se alimenta la esperanza", y señala que "en la biomedicina de las células estaminales son muchas las informaciones falsas y las mentiras, ya sea sobre los conocimientos biológicos o sobre las aplicaciones clínicas".
"Esta situación –escribe Pessina– ayuda a alimentar la mentalidad acrítica que demoniza como anticientífico y adverso el progreso o cualquier intento de reglamentación. Además, ‘estaminal’ se ha convertido en una especie de palabra mágica que produce valor agregado (progresista) a todo: desde los cosméticos hasta las más absurdas propuestas terapéuticas".
Pessina señala que en Internet se puede hallar cientos de lugares en donde se hacen "promesas irreales" para curar "casi cualquier patología" que "en el mejor de los casos se trata de terapias aún no aprobadas, en otros casos inútiles o incluso con efectos negativos para la salud".
Luego advierte que este fenómeno, que ya ha sido denunciado en Europa por el Committee for Advanced Therapies, "contribuye a crear una especie de descrédito en las investigaciones científicas correctas y de acuerdo a las normas éticas" como el de las células estaminales del cordón umbilical, que sí han demostrado ser eficaces en varias oportunidades.
Para evitar más de los casos sin ética, prosigue Augusto Pessina, urge "una correcta y honesta información".
El experto critica luego a los medios por ensalzar acríticamente procedimientos que no han sido verificados haciendo que la información biomédica sea mal recibida y "genere en los pacientes y familiares esperanzas infundadas y amargas desilusiones".
"No es con las mentiras que se alimenta la esperanza de los enfermos", advierte.
El caso contrario se puede apreciar en Francia, prosigue Pessina, en donde hace unos días se prohibió la investigación con células estaminales embrionarias, pese a "algunas protestas que tachan la decisión como oscurantista y contraria a la libertad de investigación".
"En la actual situación de la investigación biológica –donde parece que rige solo el principio de que es lícito hacer todo cuanto es técnicamente posible– la ley francesa representa una opción a su modo valerosa y que se vuelca a defender la dignidad de la persona humana", concluye.