Al presidir el rezo del Regina Caeli este domingo luego de haber celebrada la Misa por la Solemnidad de Pentecostés, el Papa Benedicto XVI señaló que en este día los corazones de los cristianos reciben el fuego del Espíritu Santo para anunciar que "Cristo es el Señor".
En sus palabras previas a la oración mariana en la Plaza de San Pedro, el Papa recordó que Pentecostés, además de marcar la conclusión del tiempo de Pascua, constituye "el ‘bautismo’ de la Iglesia, bautismo en el Espíritu Santo".
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"Como narran los Hechos de los Apóstoles, la mañana de la fiesta de Pentecostés, un fragor como de viento embistió el Cenáculo y sobre cada uno de los discípulos descendieron lenguas como de fuego".
Luego citó a San Gregorio Magno quien sobre esta fiesta afirma que "hoy el Espíritu Santo ha descendido con sonido improviso sobre los discípulos y ha cambiado las mentes de seres carnales en el interior del su amor, y mientras aparecieron en el exterior lenguas de fuego, en el interior los corazones se volvieron de fuego, puesto que, acogiendo a Dios en la visión del fuego, ardieron suavemente por amor"..
"La voz de Dios –dijo el Papa– hace divino el lenguaje humano de los Apóstoles, que se volvieron capaces de proclamar de modo ‘polifónico’ al único Verbo divino. El soplo del Espíritu Santo colma el universo, genera la fe, arrastra a la verdad, predispone la unidad entre los pueblos. ‘Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua’ por las ‘las maravillas de Dios’".
"El beato Antonio Rosmini explica que ‘en el día de Pentecostés a algunos cristianos Dios promulgó su ley de caridad, escribiéndola por medio del Espíritu Santo no sobre las tablas de piedra, sino en el corazón de los Apóstoles, y por medio de los Apóstoles comunicándola después a toda la Iglesia’".
El Espíritu Santo, prosiguió Benedicto XVI, "‘que es Señor y da la vida’ –como rezamos en el Credo–, está unido al Padre por medio del Hijo y completa la revelación de la Santísima Trinidad. Proviene de Dios como soplo de su boca y tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disolver la confusión debida al pecado".
Seguidamente, indica la nota de Radio Vaticana, el Papa explicó que el Espíritu Santo, "incorpóreo e inmaterial, prodiga los bienes divinos, sostiene a los seres vivos, para que actúen en conformidad al bien. Come Luz inteligible da significado a la oración, da vigor a la misión evangelizadora, hace que ardan los corazones de quien escucha el feliz mensaje, inspira el arte cristiana y la melodía litúrgica".
"Queridos amigos, el Espíritu Santo, que crea en nosotros la fe en el momento de nuestro Bautismo, nos permite vivir como hijos de Dios, conscientes y conformes, según la imagen del Hijo Unigénito. También el poder de perdonar los pecados es don del Espíritu; en efecto, al aparecer a los Apóstoles la noche de Pascua, Jesús sopló sobre ellos y dijo: ¿Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados’".
Finalmente el Santo Padre dijo: "a la Virgen María, templo del Espíritu Santo, encomendamos a la Iglesia, para que viva siempre de Jesucristo, de su Palabra, de sus mandamientos, y bajo la acción perenne del Espíritu Paráclito anuncie a todos que ‘Jesús es Señor!’".
En su saludo en español el Papa invitó a "perseverar junto con María, Madre de la Iglesia, en ferviente oración y a poner al servicio de toda la humanidad los diversos dones y carismas que el Espíritu Santo nos ha concedido, para continuar así anunciando la buena nueva de la resurrección de Cristo. Muchas gracias y feliz domingo".