El Obispo de Santander, Mons. Vicente Jiménez, ha presentado una Carta pastoral en la que hace "un llamamiento a los padres para que apunten a sus hijos a la clase de Religión y Moral Católica".
Esta invitación también la extiende a los propios alumnos, con motivo del vigente período abierto para efectuar las matriculaciones en los centros de enseñanza cántabros.
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Es un "derecho fundamental de los padres" reconocido por la Constitución, que la formación religiosa y moral de los hijos, "sea según las propias convicciones de los padres", recuerda Mons. Jiménez.
Asimismo, señala que la enseñanza de la Religión y Moral Católica "ofrece criterios de valoración de la existencia humana a la luz de la fe cristiana".
La Iglesia, recuerda, educa respondiendo a los "problemas y preguntas más profundas del alumno, a la vez que fundamenta y da razones de los valores más altos, como son el amor, la justicia, la libertad o el perdón".
Además, el Obispo lanza "una llamada especial" a los profesores cristianos, pero también, "a todos aquellos profesores que, sin confesar nuestra fe, valoran sin embargo, el bien que ésta promueve y que aporta para la formación integral de los alumnos".
En su escrito pastoral, Mons. Jiménez muestra su confianza en que los responsables de la Dirección de los institutos y colegios, "apliquen la legislación correspondiente" al área de Religión y Moral Católica para que los padres y alumnos "pueda ejercer este derecho fundamental".
En su llamamiento, también se dirige a los alumnos, a los cuales invita a "valorar la enseñanza religiosa como imprescindible para su progreso personal, intelectual, social y, sobre todo, espiritual".
En esta línea, destaca que "el Señor da a los jóvenes razones para creer, esperar y amar, y su presencia en vuestro crecimiento es el mejor regalo que encontraréis en vuestra vida".
Igualmente, el Prelado pide a los padres que "soliciten en los centros educativos la clase de Religión y Moral Católica", según sus convicciones. Además, les recuerda que ellos son "los depositarios de este derecho fundamental de formación".
En su Carta pastoral exhorta a los sacerdotes y religiosos para que, "desde la parroquia y desde las comunidades religiosas, se invite a los padres y a los alumnos a que ejerzan su derecho con el fin de solicitar la clase de Religión".
Mons. Jiménez destaca que "el corazón" de la enseñanza religiosa es Jesucristo que, "con sus palabras, sus obras y su misma persona, es un ejemplo continuo de vida, de amor y de esperanza".
Pero Jesucristo, concluye, no es "sólo ejemplo, es además para el alumno fuerza en la debilidad, misericordia y perdón en el pecado, amor y comprensión en la soledad y, sobre todo, es don, pues nos da su Vida para que nosotros tengamos vida eterna".