El Gobierno de China decidió posponer la ordenación episcopal de un sacerdote que no cuenta con la aprobación del Vaticano, programada inicialmente para el jueves 9 de junio
John Pontifex de la organización internacional católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) señaló este martes 7 de junio a ACI Prensa que "acaban de llegar informes diciendo que la ordenación del Padre Shen Guoan como Obispo de Hankou se ha pospuesto a una ‘fecha no específica’".
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"Si estos informes son ciertos –y no tenemos duda de que lo sean– todo será un gran alivio para el Vaticano", añadió.
La ordenación episcopal no autorizada por la Santa Sede del P. Guan de 50 años de edad, iba a realizarse en la Catedral de Hankou. Las autoridades chinas estaban planeando convertirlo en Obispo pese, también, a las protestas de los católicos locales. Incluso algunos afirman que el mismo sacerdote se opone a la ordenación.
Pontifex dijo a ACI Prensa que "ya es tiempo de que las autoridades chinas reconozcan que el derecho de designar Obispos está reservado al Papa y esto no debe verse como una interferencia indebida en los asuntos internos de la Iglesia".
Tras explicar que el hecho de que muchas diócesis chinas no cuenten con Obispo también hace que el gobierno se aproveche de la situación, Pontifex concluye recordando que "hace tres semanas, el Papa renovó su llamado al clero chino para que siga siendo fiel a Roma y no se deje atrapar por ‘la falsedad del oportunismo’".
China permite el culto católico únicamente a la Asociación Patriótica Católica China, subalterna del Partido Comunista de China, y rechaza la autoridad del Vaticano para nombrar obispos o gobernarlos. La Iglesia Católica fiel al Papa no es completamente clandestina; aunque es asediada constantemente.
Las relaciones diplomáticas entre China y el Vaticano se rompieron en 1951, dos años después de la llegada al poder de los comunistas que expulsaron a los clérigos extranjeros.
En diciembre de 2010, el nombramiento de un obispo legítimamente ordenado como Presidente de la asociación, durante una asamblea que sacerdotes y obispos fieles a Roma debieron atender a la fuerza, ha generado un distanciamiento entre el Vaticano y China.
Se estima que los católicos en China son unos seis millones, aunque otros varios millones practican su fe fuera de la Asociación controlada por el Estado.