El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, alertó que se quiere legalizar el aborto a través de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), de la cual es miembro Carmen Argibay, conocida por su postura abortista.
El Prelado se refirió al pedido de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Centro de Estudios Legales y Sociales, junto con el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, para que la CSJN convalide el fallo del Superior Tribunal de Justicia de Chubut que, en marzo del 2010, autorizó el aborto a una menor que se encontraba en el quinto mes del embarazo.
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"Esta es la punta de lanza para que un pronunciamiento de la Corte abra la puerta a la legalización del aborto. Al parecer la Corte resolvió ya el llamado de autos para dictar sentencia", señaló el sábado durante el programa Claves para un Mundo Mejor, y recordó que la vía judicial fue el camino que legalizó esta práctica en Estados Unidos en 1973 con el caso Roe vs Wade.
Asimismo, Mons. Aguer dijo que no es correcto que Argibay tome parte en las deliberaciones de la CSJN. "¿No se da aquí un caso de prejuzgamiento? Si la Dra. Argibay va a tener que pronunciarse en virtud de su cargo respecto de este tema ¿no tendría que excusarse luego de dar sentencia, puesto que ya ha adelantado su juicio?", preguntó.
El Prelado sustentó su cuestionamiento en las declaraciones dadas por la jueza a un medio local, en las que afirmó que "el fondo de la cuestión consiste en que hay, en el caso del aborto y su legalización, dos derechos en pugna: uno es la vida de la mujer y el otro una esperanza de vida".
"La Dra. Argibay compara la vida de la mujer y la vida del niño poniendo a éste en una inferioridad de condiciones, como si no fuera ya realmente una vida humana sino sólo una esperanza de vida. Según su opinión se puede abortar porque el derecho de la madre es superior; ni siquiera alude a un peligro de vida".
"Es un caso gravísimo de discriminación, sobre todo porque la jueza reconoce que la Constitución protege la vida humana desde la concepción. Pero aquí se desliza en otro error. Dice que ‘el problema es que no sabemos cuándo empieza la concepción porque todo el mundo confunde fecundación con concepción’".
Tras recordar que la ciencia demuestra que la vida comienza en la concepción, Mons. Aguer preguntó si Argibay "¿estará pensando quizá que el embarazo es una desgracia, un accidente, una maldición?".
"Una última observación: se alude nuevamente al presunto derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. La mujer es dueña de su cuerpo, pero no es dueña de la vida ajena".
"Ese pequeñísimo ser humano, que ha comenzado a vivir en su seno no es parte de la mujer, es alguien distinto del cuerpo de la madre, una realidad nueva. En la biología de la generación –decía el Beato Juan Pablo II– se inscribe la genealogía de la persona", afirmó.