El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, señaló que su administración consideraría retirar la polémica y nueva estatua de 4 metros del Papa Juan Pablo II, colocada en las afueras de la estación de Termini, si es que prosiguen las críticas que ha suscitado desde su inauguración el pasado 18 de mayo.
Associated Press (AP) señala que para algunos romanos el rostro de la imagen no se parece al del Papa Wojtyla sino al de Benito Mussolini.
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Sandro Barbagallo también critica el trabajo en un artículo del diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR): "el resultado no es lo que se quería hacer y el rostro no se parece y ya ha tenido muchas críticas", escribió.
El escultor de la obra, Oliviero Rainaldi, contestó a las críticas señalando que "estoy decepcionado de que mi estatua haya sido malentendida. Quería hacer algo más como del siglo XVIII pero al final decidí hacer algo con un diseño más contemporáneo. Mi idea era dar una mensaje de amor universal y de acogida del Papa Juan Pablo II".
"No pensé mucho en el parecido, sino que quería tener un trabajo que armonizara la cabeza con el rostro y el manto", añadió.
Rainaldi dijo también sentirse sorprendido por las criticas del diario vaticano porque los bocetos originales fueron mostrados al Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura.
Para LOR, el diseño original mostraba "bastante más evidentemente el simbolismo".
Grazia Liberti, una trabajdora de limpieza de 46 años, dijo a AP que la imagen va a generar varios problemas prácticos: "con esa forma de capa, tarde o temprano los indigentes que están cerca de la estación (de Termini) dormirán allí; y muy pronto veremos el lugar lleno de botellas vacías de cerveza".