Tras la aprobación del Congreso de Chile para construir cinco plantas hidroeléctricas en la región de Aysén en el sur del país, decisión que ha suscitado diversas reacciones en contra, los Obispos de esta nación instaron a un diálogo serio que permita preservar la naturaleza, proteger el bien común, y dar una "respuesta humanizadora" a este tema.

En su declaración titulada "Cuidar los dones de la Creación" dada a conocer hoy, los prelados intervienen en el debate que ha generado este proyecto en el que se invertirán unos 3 200 millones de dólares para construir cinco represas en el cauce de los ríos Pascua y Becker, en la Patagonia chilena.

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Los obispos recuerdan que "el bien común sólo es posible cuando se piensa en la sociedad como una totalidad y se supera la visión estrecha de los intereses particulares".

"El progreso, o es sostenible o no es progreso. En efecto, la Iglesia no concibe al desarrollo sin considerar la sostenibilidad medioambiental", prosiguen.

"La respuesta técnica tiene que ser pensada desde la finalidad humana, como un medio que responde a un fin que la justifica y le da sentido. La ciencia sin conciencia constituye una verdadera amenaza para el bien común de la sociedad", indican.

Los prelados recuerdan además que el derecho al agua y a un medio ambiente no contaminado son derechos fundamentales de las personas y señalan que "como Iglesia tenemos una responsabilidad respecto a la Creación, cuidando y defendiendo públicamente sus dones: la tierra, el agua y el aire; protegiendo al ser humano contra la destrucción de sí mismo; construyendo, en definitiva, una ecología humana".

"Una decisión basada sólo en intereses económicos es éticamente inaceptable y deplorable porque constituye una mezquina burla de la sociedad", advierten luego.

Asimismo aseguran que, "por el contrario, una respuesta humanizadora al desafío energético requiere un diálogo en el que todas las personas y comunidades, especialmente los más involucrados y afectados por las iniciativas, puedan participar y sus opiniones sean tenidas en cuenta para las decisiones que les afectan".

Finalmente los obispos afirman que "somos administradores de un mundo que no es propiedad nuestra sino de toda la humanidad. Es deber de todos heredar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en el que puedan habitarla dignamente y seguir cultivándola. Cuidemos la naturaleza para hacerla humanamente habitable".

Para leer la declaración completa ingrese a: http://documentos.iglesia.cl/conf/documentos_sini.ficha.php?mod=documentos_sini&id=4082&sw_volver=yes&descripcion